EXTRA!
Música, sangre, buenas voces y mucho humor: esa es la fórmula de ‘Evil Dead, el musical’, un espectáculo alejado de las grandes producciones a las que nos tiene acostumbrado el género en la céntrica Gran Vía y que esta vez se representa en una sala de los míticos cines Kinépolis.
La trama, basada en ‘Posesión Infernal’ de Sam Raimi, trata sobre cinco amigos que se van un fin de semana a una cabaña perdida en medio del bosque. Cuando cometen el error de invocar a unos entes malignos, la historia se convierte en un delirio que hace que el público se parta de risa desde su cómoda butaca mientras la sangre se derrama por las primeras filas y las canciones van desarrollando una historia propia de serie B que sirve como parodia, al estilo de la saga Scary Movie.
Uno de los grandes riesgos del montaje es que, al contar con dos actores por papel, los espectadores verán una función con matices diferentes cada día, por lo que la opinión sobre el equipo actoral dependerá del cóctel que el público se encuentre en la función a la que asista. En la que nosotros estuvimos nos encontramos con un Pablo Puyol muy divertido en el papel de Ash, el protagonista, con la buena voz a la que nos tiene acostumbrados en anteriores trabajos, sin la presión que un actor del género puede sentir en producciones de gran envergadura. Se nota que los artistas disfrutan, que se lo pasan bien y que no buscan otra cosa que hacer reír al espectador a golpe de gag. Y funciona.
Para ser la primera vez que el musical se traduce al castellano y se estrena en España, el espectáculo creado por George Reinblatt ha quedado redondo. Una propuesta innovadora, llena de frescura, en un escenario atípico para un espectáculo escénico. Para reír sin pausa a buen precio.
Puntuación de MADtime: 7/10