EXTRA!
La del sábado en el festival Cultura Inquieta fue una noche
llena de temas subversivos y esa forma de poesía musicalizada llamada rap. El Chojin salió puntual al escenario getafense con una pista aún por
llenarse de público pero muchas ganas y actitud. El que es uno de los MCs más
queridos del panorama español interpretó composiciones llenas de crítica social como ‘Grito’ o ‘¡Mienten!’, gratamente recibidas por los presentes.
llena de temas subversivos y esa forma de poesía musicalizada llamada rap. El Chojin salió puntual al escenario getafense con una pista aún por
llenarse de público pero muchas ganas y actitud. El que es uno de los MCs más
queridos del panorama español interpretó composiciones llenas de crítica social como ‘Grito’ o ‘¡Mienten!’, gratamente recibidas por los presentes.
El madrileño, que no dudó en dirigirse al público en multitud
de ocasiones, rindió su homenaje a artistas como Violadores del Verso, SFDK y
Rayden, además de llevar a cabo una hermosa interpretación de ‘Apagado o fuera
de cobertura’ y de ‘Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites’ acompañado de
la guitarra. Demostró que es capaz de recitar a la velocidad que le venga en
gana y que sus letras sobre violencia, racismo y asuntos cotidianos siguen a la
orden del día. Una pena, eso sí, la brevedad de su actuación.
de ocasiones, rindió su homenaje a artistas como Violadores del Verso, SFDK y
Rayden, además de llevar a cabo una hermosa interpretación de ‘Apagado o fuera
de cobertura’ y de ‘Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites’ acompañado de
la guitarra. Demostró que es capaz de recitar a la velocidad que le venga en
gana y que sus letras sobre violencia, racismo y asuntos cotidianos siguen a la
orden del día. Una pena, eso sí, la brevedad de su actuación.
Pasadas las 22.00 h. de la noche, Morodo presentó su
propuesta de reggae con influencias de hip hop acompañado de un grupo de
músicos entre los que destacaba la actriz y cantante Astrid Jones. Temas como ‘Fumo
marihuana’ hicieron saltar, bailar y sonreír a un público que no dudó en pedir
varios bises al que está considerado como uno de los grandes referentes del
reggae en España.
propuesta de reggae con influencias de hip hop acompañado de un grupo de
músicos entre los que destacaba la actriz y cantante Astrid Jones. Temas como ‘Fumo
marihuana’ hicieron saltar, bailar y sonreír a un público que no dudó en pedir
varios bises al que está considerado como uno de los grandes referentes del
reggae en España.
Tras hora y media de concierto, espectáculo de fuegos
artificiales incluido, Mala Rodríguez salió a escena con un repertorio en el
que brillaron temas como ‘Déjame entrar’, ‘La niña’, ‘Tengo un trato’ y ‘Alevosía’.
La jerezana ofreció un directo intachable en un escenario que compartió con un
DJ y hasta con un grupo de seguidoras con las que bailó un más que sugerente ‘Tambalea’.
artificiales incluido, Mala Rodríguez salió a escena con un repertorio en el
que brillaron temas como ‘Déjame entrar’, ‘La niña’, ‘Tengo un trato’ y ‘Alevosía’.
La jerezana ofreció un directo intachable en un escenario que compartió con un
DJ y hasta con un grupo de seguidoras con las que bailó un más que sugerente ‘Tambalea’.
La andaluza, parca en palabras, lanzó agua al público en ‘Cuando
tú me apagas’, se puso firme – bate de béisbol en mano – en la cruda ’33’ y
jugó a seducir con ‘Te convierto’ en un concierto lleno de ritmo, crítica
social y colisión de estilos que terminó súbitamente a la hora y cuarto, a
pesar de lo entregado que estaba el público. ‘La Rata’ le valió para culminar
una actuación ajena a toda impostura que sirvió para confirmar que el trono del
hip hop sigue siendo suyo. Aunque a algunos les duela.
tú me apagas’, se puso firme – bate de béisbol en mano – en la cruda ’33’ y
jugó a seducir con ‘Te convierto’ en un concierto lleno de ritmo, crítica
social y colisión de estilos que terminó súbitamente a la hora y cuarto, a
pesar de lo entregado que estaba el público. ‘La Rata’ le valió para culminar
una actuación ajena a toda impostura que sirvió para confirmar que el trono del
hip hop sigue siendo suyo. Aunque a algunos les duela.