EXTRA!


Como
cada año, el popular director estadounidense Woody Allen presenta su nuevo trabajo cinematográfico. En esta ocasión es el turno
de ‘Blue Jasmine’, uno de los mejores
aciertos como hacía tiempo que no nos presentaba el neoyorquino en pantalla,
alejándose de sus últimas películas.
La
historia, con una tonalidad más dramática y un humor muy bien dosificado,
se centra en el personaje de Jasmine
(Cate Blanchett), una mujer que,
fascinada por el mundo de la alta sociedad, se traiciona a sí misma al verse
encandilada por una vida frívola y cómoda junto a su marido Hal (Alec Baldwin), un empresario envuelto en turbios negocios. En
contraposición a esta vida tan aparentemente fácil y llena de lujos, la hermana
de la protagonista, Ginger (Sally Hawkins), vive envuelta en una existencia más cotidiana. Empleada en un
supermercado y con dos niños a cuestas, reside en una modesta zona de San
Francisco. Ambos personajes representan la contraposición de dos clases
sociales, dos universos totalmente
enfrentados por el dinero, pero que, aun siendo una cuestión trágica, el
director retrata desde un punto de vista claro, ligero y
humorístico, sobre todo en los momentos más dramáticos del largometraje.
historia, con una tonalidad más dramática y un humor muy bien dosificado,
se centra en el personaje de Jasmine
(Cate Blanchett), una mujer que,
fascinada por el mundo de la alta sociedad, se traiciona a sí misma al verse
encandilada por una vida frívola y cómoda junto a su marido Hal (Alec Baldwin), un empresario envuelto en turbios negocios. En
contraposición a esta vida tan aparentemente fácil y llena de lujos, la hermana
de la protagonista, Ginger (Sally Hawkins), vive envuelta en una existencia más cotidiana. Empleada en un
supermercado y con dos niños a cuestas, reside en una modesta zona de San
Francisco. Ambos personajes representan la contraposición de dos clases
sociales, dos universos totalmente
enfrentados por el dinero, pero que, aun siendo una cuestión trágica, el
director retrata desde un punto de vista claro, ligero y
humorístico, sobre todo en los momentos más dramáticos del largometraje.
La cinta se construye a partir de constantes flashbacks, manteniendo una
narración paralela muy dinámica entre el pasado y el presente de la
protagonista. Dicho así, parece una edición que pudiera ser confusa, pero
el autor deja, de forma elegante y a conciencia, pequeñas pistas visuales en
los primeros segundos de cada secuencia que ayudan a ubicarse rápidamente en la
historia.
narración paralela muy dinámica entre el pasado y el presente de la
protagonista. Dicho así, parece una edición que pudiera ser confusa, pero
el autor deja, de forma elegante y a conciencia, pequeñas pistas visuales en
los primeros segundos de cada secuencia que ayudan a ubicarse rápidamente en la
historia.
Sin
duda, es un placer poder ver cómo Allen
regresa a los mismos escenarios que tanto le caracterizan, como son las calles
de Manhattan, a pesar de que la mayoría de la trama se desarrolla en la
ciudad de San Francisco. No obstante, el neoyorquino no olvida su viaje fílmico
por Europa y hace ciertas menciones a ciudades como Mónaco o Viena.
duda, es un placer poder ver cómo Allen
regresa a los mismos escenarios que tanto le caracterizan, como son las calles
de Manhattan, a pesar de que la mayoría de la trama se desarrolla en la
ciudad de San Francisco. No obstante, el neoyorquino no olvida su viaje fílmico
por Europa y hace ciertas menciones a ciudades como Mónaco o Viena.
El
desarrollo psicológico de cada uno de los personajes es un valor excepcional en
el trabajo de este director. La
protagonista, Jasmine, crea un cúmulo de sensaciones en el espectador gracias a
la magnífica interpretación de Blanchett, quien interpreta una gran disparidad de registros con gran
naturalidad, provocando que el resto de actores queden en un segundo
plano de forma voraz, como ocurre con Alec
Baldwin, que apenas se luce en este trabajo. Con una fuerte depresión que
le arrastra al alcoholismo y a la automedicación, Jasmine puede llegar a indignar con sus desplantes pero, a la vez,
conmover ante la realidad a la que se ve forzada. No cabe duda de que se trata
de una de las mejores antiheroínas que Allen
ha desarrollado en toda su carrera, claramente influenciado por cineastas
europeos como Almodóvar.
desarrollo psicológico de cada uno de los personajes es un valor excepcional en
el trabajo de este director. La
protagonista, Jasmine, crea un cúmulo de sensaciones en el espectador gracias a
la magnífica interpretación de Blanchett, quien interpreta una gran disparidad de registros con gran
naturalidad, provocando que el resto de actores queden en un segundo
plano de forma voraz, como ocurre con Alec
Baldwin, que apenas se luce en este trabajo. Con una fuerte depresión que
le arrastra al alcoholismo y a la automedicación, Jasmine puede llegar a indignar con sus desplantes pero, a la vez,
conmover ante la realidad a la que se ve forzada. No cabe duda de que se trata
de una de las mejores antiheroínas que Allen
ha desarrollado en toda su carrera, claramente influenciado por cineastas
europeos como Almodóvar.
Ambas
hermanas y su trágica historia nos transportan a la famosa obra ‘Un tranvía llamado deseo’ del
dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, por lo que desde un primer momento puede hacerse ligeramente
previsible, pero muy cercana. A pesar de ser un detalle que no queda acreditado
en la obra, no cabe duda de que estamos ante un punto de vista muy personal del clásico.
hermanas y su trágica historia nos transportan a la famosa obra ‘Un tranvía llamado deseo’ del
dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, por lo que desde un primer momento puede hacerse ligeramente
previsible, pero muy cercana. A pesar de ser un detalle que no queda acreditado
en la obra, no cabe duda de que estamos ante un punto de vista muy personal del clásico.
Es posible que nos encontremos ante el principio de
lo que puede ser la etapa más crítica y seria del autor, puesto que el
retrato de cada personaje resulta absolutamente negativo. Todos son
infelices, se sienten perdidos, aislados y se reconocen en una constante situación
de búsqueda de la felicidad, sin que ninguno de ellos sepa cómo resolver su circunstancia.
lo que puede ser la etapa más crítica y seria del autor, puesto que el
retrato de cada personaje resulta absolutamente negativo. Todos son
infelices, se sienten perdidos, aislados y se reconocen en una constante situación
de búsqueda de la felicidad, sin que ninguno de ellos sepa cómo resolver su circunstancia.
El director mantiene su gran esencia en
cada diálogo, siendo elocuente, inteligente e ingenioso, creando
un marco atractivo en torno al film. Pese a que el
tono dramático es superior a sus anteriores trabajos, en ningún momento se
pierde el toque personal del maestro, que ayuda a agilizar toda la trama y lo
convierte en uno de sus guiones más consistentes, a pesar de que siga lejos de las historias que le otorgaron mayor popularidad.
cada diálogo, siendo elocuente, inteligente e ingenioso, creando
un marco atractivo en torno al film. Pese a que el
tono dramático es superior a sus anteriores trabajos, en ningún momento se
pierde el toque personal del maestro, que ayuda a agilizar toda la trama y lo
convierte en uno de sus guiones más consistentes, a pesar de que siga lejos de las historias que le otorgaron mayor popularidad.
Mención
especial para el famoso director de fotografía español Javier Aguirresarobe, que se encarga de proporcionar una
fantástica profundidad a cada plano, retratando los contrastes de las
diferentes clases sociales con un toque fresco y natural de gran valor. Todo
ello al son de, tal como viene siendo habitual en la filmografía de Woody Allen, una acertada banda sonora, con el famoso tema ‘Blue Moon’, un clásico que inspira el propio título de la cinta.
especial para el famoso director de fotografía español Javier Aguirresarobe, que se encarga de proporcionar una
fantástica profundidad a cada plano, retratando los contrastes de las
diferentes clases sociales con un toque fresco y natural de gran valor. Todo
ello al son de, tal como viene siendo habitual en la filmografía de Woody Allen, una acertada banda sonora, con el famoso tema ‘Blue Moon’, un clásico que inspira el propio título de la cinta.
‘Blue Jasmine’ emociona y cautiva desde el
primer minuto. No cabe duda, una vez vista, de que Woody Allen sigue mostrándonos
grandes historias a través de la sencillez y calidad de su cine.
primer minuto. No cabe duda, una vez vista, de que Woody Allen sigue mostrándonos
grandes historias a través de la sencillez y calidad de su cine.