EXTRA!



Una de las grandes sorpresas de la
temporada llega a las salas españolas este viernes 14 de marzo. ‘Dallas Buyers Club’, del director canadiense Jean-Marc Vallée, nos reencuentra de
nuevo con temas de sobra conocidos, como es el caso del virus del SIDA
,
pero esta vez a través de la piel del texano Ron Woodroof (Matthew Mcconaughey), un amante de los rodeos,
mujeriego, homófobo, alcohólico y drogadicto, que en 1986 fue diagnosticado como portador del VIH.

El film muestra la circunstancia que se vivía en
los años 80 con respecto a esta cuestión. No se contaba con una medicación
definitiva y se trataba a los pacientes de forma experimental por parte de la
industria farmacéutica.
No obstante, Ron
se revela y, a pesar de que el médico le pronostica poco tiempo de vida, decide
luchar no sólo por la esperanza de una pronta recuperación, sino también por
todos aquellos que se ven afectados por el mismo problema.
McConaughey se encuentra en la
mejor etapa de su carrera. Después de su magnífica interpretación en ‘Mud’, el actor ha dado un giro en su trayectoria
y despunta en cada papel que pasa por sus manos.
En este caso, su gran profesionalidad proporciona una mayor dimensión a
un guión que, a pesar de estar basado en hechos reales, podría pasar desapercibido. A
través de su personaje vemos un derroche de carisma auténtico que camufla la
simple idea de querer vivir.
Es cierto que encarna un cliché tras otro, ya que
este tipo de protagonistas se registran en un gran número de películas. No deja
de ser el típico homófobo machista, pero a lo largo de la historia vemos una
metamorfosis paulatina que equilibra a la perfección. Un estupendo trabajo que otorgó al intérprete el Oscar a Mejor Actor.
Su
compañero de reparto, Jared Leto, no
se queda a la sombra.

Encarnando a Rayon, un transexual
drogadicto de aspecto frágil y estremecedor, se hizo con el Oscar al Mejor Actor de Reparto.
Su labor, más que
sublime, proporciona los momentos más emocionantes y humorísticos de la cinta,
creando un ambiente trágico con el que el espectador empatiza desde el principio. Su interpretación es desgarradora, amarga y destructiva, escondida tras
un velo de ternura y humor fingido por un fanático del glamouroso cantante británico de la banda de rock T.Rex.

Con
un guión bastante simple y equilibrado, se agradece que no caiga en los aspectos más
sensibleros y escabrosos tan propios de los largometrajes sobre enfermos
terminales.
La trama peca de ser fría en los puntos más dramáticos, pero no
pierde la intensidad en ningún instante. Aun partiendo de un arranque bastante lento, la historia despega gradualmente hasta llegar a un final
espléndido y elegante. Una lucha
constante materializada a través de hechos que ponen al espectador en una tesitura en la que sea capaz de sacar sus propias conclusiones.
Pese
a que se intentó ahorrar en costes y tiempo filmando con una sola cámara y sin
luces, el montaje final refleja una oscuridad melancólica camuflada en tonos
ocre, reflejo del interior de los propios personajes. El director de fotografía, Ives Bélanger, capta escrupulosamente
la esencia ochentera, logrando un trabajo estéticamente sugerente, lleno de matices
y adornado por una banda sonora idónea, con temas de grupos como T-Rex o 30 Seconds To Mars
(al que pertenece Leto).

‘Dallas Buyers Club’ es la irreversible
cuenta atrás de Ron Woodroof.
La última película de Jean-Marc Vallée podría
haber pasado sin pena ni gloria por las carteleras de no ser por la gran labor
y profesionalidad de Matthew Mcconaughey y Jared Leto, y por ser premiada por méritos propios en los
Oscar.