EXTRA!

La compañía Classical Russian Ballet continúa en el madrileño Teatro Nuevo Apolo, esta vez con la partitura de Adolphe Adam y la hermosa historia de ‘Giselle’. A pesar de la tibia impresión hace unos días con ‘El lago de los cisnes’, la producción actual sorprende por el trabajo de sus bailarines.

‘Giselle’ presenta la historia de una campesina que se enamora de Loys, falsa identidad del que en realidad es un duque comprometido. Será el cazador Hilarion, enamorado de la campesina, quien desvele el secreto, revelación que acabará desquiciando a Giselle.

Volvemos a extrañar un escenario mayor, carencia que lleva a que los bailarines pierdan amplitud en algunos movimientos, así como seguimos echando en falta una orquesta en directo que enriquezca y embellezca la función. Con todo ello, la  maravillosa interpretación de los bailarines durante el primer acto emociona al público, que dedicó una ola de aplausos una vez bajó el telón a la llegada del intermedio.

Olga Grigoryeva está deslumbrante en el papel protagonista, con gran delicadeza para los movimientos. La actuación del resto de bailarines, tanto técnica como interpretativamente, ayuda mucho a que el conjunto de la obra pueda calificarse como admirable. El vestuario y la escenografía suman belleza al montaje. 

El segundo acto pudo llevar al tedio al público menos acostumbrado a representaciones del género, debido a su mayor densidad. La técnica de los bailarines secundarios se acaba debilitando a pesar de que los solistas no decaen en ningún momento. En definitiva, un ballet notable del que buena parte del público salió comentando la gran actuación realizada por su protagonista.