EXTRA!

Resulta
un tanto complicado que una película asiática, con un título que deja totalmente
al descubierto la línea que va a seguir, llame la atención entre la gran oferta
cinematográfica que se presenta estos días. Eso mismo es lo que ocurre con ‘Una vida sencilla’, el último trabajo de la veterana directora hongkonesa Ann Hui.
Ah Tao (Deanie Ip) ha dedicado toda su vida al servicio de una familia acomodada a la que
pertenece Roger (Andy Lau), un productor de cine soltero de mediana edad. Ambos viven juntos en un
pequeño apartamento, pero la vida pasa y la anciana decide jubilarse y no crear
más molestias. Por ello, y sin familiares que puedan hacerse cargo de ella, insiste
en ingresar en un geriátrico. Roger comprende la decisión y, a pesar de tener un
trabajo al que debe dedicar la mayor parte de su tiempo, intenta cuidar de ella
como si de su propia madre se tratase.
Aunque resulta totalmente previsible, la trama no deja de ser
humilde, conmovedora y, ante todo, natural, ya que está basada en la vida de Roger Lee, uno de
los productores y co-guionistas del largometraje. Con un argumento humano,
despierta la ternura del espectador que inevitablemente se rinde ante la
relación de ambos personajes. A nuestros ojos puede resultar distante y sobria
en ocasiones, pero no debemos olvidar que estamos ante una cultura que muestra
el afecto a través del respeto y no de las muestras de cariño más evidentes.
El
desarrollo de esta conexión es la belleza esencial que despliega la película,
con una interpretación sublime por parte de ambos actores, quienes han
compartido trabajo en muchas otras ocasiones, sobre todo en series de
televisión. Esa química es la que hace que una historia tan sencilla
se convierta en una excelente referencia del cine asiático.
Dianie Ip retrata con absoluta maestría el papel de la
sirvienta, con gestos y expresiones faciales verdaderamente entrañables con los que el espectador
no puede evitar recordar a sus propios abuelos. Con una sonrisa tierna y
aniñada, crea un haz de luz alrededor del personaje de Ah Tao, por el que ha recibido
diversos premios, entre ellos, el de Mejor Actriz en el Festival de
Venecia de 2011. Por
el contrario, Andy Lau parece eclipsado por el trabajo de su compañera. Su interpretación es correcta y, lo que es más
importante, resulta veraz.
