EXTRA!
Benjamín Naishtat dirige 'Rojo'



¿Por qué han
desaparecido los habitantes de aquel jugoso chalet? ¿Quién es el hombre de
rudos modales que nunca antes había cenado en ese restaurante?
Una hemorragia
interna desangraba la Argentina de los años 70, dejando a su paso un cuerpo
seco de moralidad, sobre el que pronto brotarían los signos de la putrefacción
política y social propios de una dictadura militar. El joven director
bonaerense Benjamín Naishtat se adentra con ‘Rojo’ en la vida de aquellos que,
sin saber su porvenir, comienzan a ser cómplices de comportamientos extraños y
estruendosos secretos. La cinta se estrena este viernes 2 de agosto en salas españolas.

El galardonado
thriller, Concha de Plata a la mejor dirección y actor – por el trabajo de Darío Grandinetti –  en el Festival de San Sebastián 2018, además de mejor fotografía por el jurado, se parece a ‘La cinta blanca’, de Michael Haneke,
en lo que a descubrir un perverso caldo de cultivo se trata. Igual que en el film
alemán, se sigue la pista de una sociedad corrupta cuyo reflejo en el espejo
resulta incómodo, vergonzoso y determinante.
Para ello cuenta con las
sensacionales interpretaciones de actores consagrados como el propio
Grandinetti
, Andrea Frigerio y Alfredo Casas.
Claudio es el padre de
una influyente familia de la provincia de Buenos Aires. En torno a
una atmósfera fuertemente patriarcal, tácitamente autoritaria y claramente
densa, el director aprovecha el tedio de una pequeña ciudad para dar forma a
los acontecimientos históricos que conducirán el devenir de un vasto país.
Como
Naishtat afirmó en el diario ‘Clarín’, el hecho de no pertenecer a la generación
que vivió en primera persona el descalabro de Argentina dota a la película de
una perspectiva nueva, quizá más fresca, crítica y clarividente sobre lo que
se ha escrito en infinidad de ocasiones.


Darío Grandinetti
El cuidado de los
detalles es el mentor ideal para los espectadores, quienes con su ayuda se
empapan de una realidad chirriante y bella al mismo tiempo: lo que comen, cómo
se visten, dónde pasan las vacaciones… Este meticuloso trabajo brilla gracias a
la dirección fotográfica del brasileño Pedro Sotero, que desata el placer
sensorial en la sala desde el primer fotograma.
En cuanto a la interpretación, el metraje destaca por la sobriedad y el equilibrio,
enérgicamente arraigados, sobre todo en Grandinetti. El actor alumbra un
personaje sin demasiados aliños, comedido, pero con un sabor genuino que inunda
el plato y del que raramente uno se ha de cansar.
Por su parte, Andrea
Frigerio se contonea de manera salvaje en el papel de madre relegada a los
cuidados y la apariencia, tan tristemente emblemática en aquella época.
El exceso y la libertad actoral sin disimulos se encarnan en el
enigmático personaje de Alfredo Castro, un detective de doble fondo, afilado y
desconcertante, que pone a prueba los principios de una comunidad entera. No
obstante, ninguno de ellos podría tenerse en pie sin el compacto armazón de un
guion redondo, también obra de Naishtat, donde lo que no se dice, pero quizá puede adivinarse, devora las palabras huecas a través de las cuales los
personajes buscan su salvación sin conseguirlo.
Desde la juventud a la
adultez, ‘Rojo’ es un rompecabezas que invita a buscar la incógnita en
cada rincón de la pantalla,
tratando de encontrar el sentido a una
familia que lo ha perdido. Quizá por esa misma razón, la cinta es también una
metáfora de los tiempos que corren, donde demasiada gente trata de justificar
comportamientos inhumanos como las muertes en el Mediterráneo, la negación del
cambio climático o el avance de la extrema derecha. A caballo entre el
documental, el noir y el thriller, la película de Naishtat es un trago
amargo y revelador que deja ver lo peor del género humano.