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‘Quiero que mi vida acabe en capicúa. Nací en Madrid poeta y volaré poeta en Madrid’. Así rezan los versos de una de las mejores poetisas españolas del siglo XX: Gloria Fuertes. Mujer adelantada a su época, pacifista, feminista y reivindicativa, su obra no puede entenderse sin una ciudad que le rinde homenaje en el primer centenario de su nacimiento.
El Centro Cultural de la Villa – Fernán Gómez acoge, hasta el próximo 14 de mayo, una exposición que gira en torno a la figura de la escritora, considerada poeta de los niños, pero que merece ser recordada como poeta de todos, tal y como se refleja en la muestra. Entre el material expuesto se encuentran versos, revistas, objetos personales, fotografías, cuadernos de notas, sonidos y vídeos que invitan al asistente a saber quién fue Gloria Fuertes, dejando atrás clichés sobre la obra de una autora que es mucho más que un referente en poesía infantil.
Nacida en el barrio de Lavapiés (1917) durante una época marcada por los conflictos armados, la penuria, las desigualdades sociales y el problema que suponía su condición de mujer (en segundo plano o directamente silenciada), Fuertes logró encontrar en la poesía su propia arma para luchar contra la injusticia y la falta de libertades. La autora se sirvió de sus escritos para dar voz a los que no la tenían y, sobre todo, para retratar el mundo desde su punto de vista. Fue una creadora que no escribió por oficio y que compuso sus poemas para expresar su manera de ver y sentir. Vivió, respiró, sufrió y amó desde su condición de poeta.
La exposición difunde la obra y figura de la escritora en su contexto vital. Por ello, se divide en cinco bloques temporales que abarcan desde la niñez de la madrileña hasta su fallecimiento, en el año 1998. Resulta curioso ver cómo cada espacio se ha diferenciado con una gama cromática concreta que refuerza el discurso y ayuda a explicar cada etapa de la artista, yendo de los tonos grises en su compleja infancia y la época de la Guerra Civil, hasta los colores más vivos y cálidos de los años 70, cuando se convirtió en una poeta reconocida.
Gracias a la cesión de material por parte de la Fundación Gloria Fuertes y de las colecciones personales de Miguel Losada e Ismael Peña, en la exhibición se puede leer a la escritora y además conocerla. Se encuentran fotografías, anotaciones de la propia autora sobre su obra, el cuaderno de notas de su etapa como profesora en Estados Unidos, vídeos de sus apariciones en televisión, sus libros de cabecera y hasta su propia máquina de escribir.
La madrileña alcanzó la fama en la década de los 70, pero lo cierto es que su pasión por escribir comenzó desde pequeña. Uno de los bloques fundamentales de la cita es precisamente el dedicado a su niñez, donde aparecen los primeros versos y frases de una niña-poeta marcada por una infancia infeliz: ‘nací poeta en esta vida perra’, puede leerse en una de sus paredes. Fundamental también la zona titulada ‘La guerra (in)Civil’, una sala marcada por el color negro y rojo donde se explica cómo este acontecimiento afectó tanto a Fuertes que transformó su poemario en un grito de súplica en favor de la paz (‘no sé escupir, pero voy a aprender para escupir sobre las tumbas de todos los culpables de las guerras’).
Cabe destacar que durante la visita se percibe un aire vivo y actual que se hace notar, sobre todo, en los dos últimas secciones, tituladas ‘La plenitud’ y ‘El éxito’. En ellas se aprecia cómo Fuertes vive su mejor momento como escritora y como mujer. Tres amplias salas de colores llamativos detallan cómo la madrileña llegó a ser reconocida (y aceptada) por el pueblo, una necesidad que siempre tuvo muy presente: ‘el poeta no es poeta hasta que el pueblo nos lee’.
Comisariada por la directora de la Fundación Gloria Fuertes desde su creación en el año 2000, Paloma Porpetta, la muestra puede visitarse de martes a domingos de 10.00 a 21.00 h. de manera gratuita. Una oportunidad para conocer a una mujer singular e irrepetible que parece que acabó logrando su propósito: vivir la literatura como parte inseparable de sí misma. ‘Cargada de espaldas, de amores, de años y de gloria, ahí queda la Fuertes’.