En el año 2011, la directora y guionista Haifaa Al-Mansour logró todo un hito al convertirse en
la primera mujer en dirigir una película en Arabia Saudí, un país que cuenta con una monarquía
absoluta que se rige por una de las corrientes más conservadoras del Islam y en
el que las salas de cine estuvieron prohibidas durante más de tres décadas
hasta su reapertura en 2018. En la semana en la que se celebra el Día
Internacional de la Mujer, Al-Mansour regresa a la cartelera
española con su tercer largometraje, titulado ‘La candidata perfecta’. Una fábula sencilla y amable que funciona a la perfección como
puerta de entrada al cine de Oriente Medio (y al cine de Oriente Medio hecho
por mujeres) para disfrute del gran público occidental.
los últimos meses por la celebración de la Supercopa de España y el Rally Dakar, pero también por cuestiones tan controvertidas como el asesinato del
periodista de la BBC Jamal Kashoggi o por la persecución de activistas como Loujain al-Hathloul, que según Amnistía
Internacional
ha sufrido abusos sexuales, tortura y otros malos tratos durante los más de dos
años que lleva en prisión sin celebración de juicio.
Sin
embargo, desde el ascenso al poder de Mohamed bin Salman en el año 2017, el
ímpetu por mostrar al mundo la modernización de la nación ha llevado a adoptar
numerosos cambios en los roles de las mujeres. Avances demandados durante mucho tiempo por parte de la población. Así, junto a la mencionada reapertura de las salas de
cine, se ha reconocido el derecho de las mujeres a conducir y, desde el pasado
verano, se les permite viajar al extranjero sin el permiso de su guardián, el hombre que ejerce el sistema de tutela impuesto a las mujeres en
el territorio.
A pesar de todo, el régimen saudí ha sido criticado debido a que muchas de estas medidas parecen haberse producido con la intención de acaparar
titulares sin tener la verdadera intención de poner fin a la
discriminación estructural. En cualquier caso, el momento histórico por el que está atravesando el país es el contexto en el que
se desarrolla ‘La candidata perfecta’ y con el que Haifaa Al Mansour
vuelve a sus raíces.
joven doctora que, además de lidiar con la escasez de medios en el centro de salud en el que trabaja, debe hacer frente a la discriminación que ejercen sobre ella tanto sus compañeros como sus
propios pacientes. Mientras sueña con un futuro en el que se pueda sentir
valorada por su trabajo, su único objetivo es que arreglen la carretera que da acceso a su lugar de trabajo. Este desencadenante unido a una buena dosis de azar
la llevarán a presentarse como candidata a la alcaldía de su municipio para
intentar que su voz sea escuchada. En ese momento, el padre de Maryam,
un músico de mentalidad progresista que nunca le ha cortado las alas, se va de
gira en uno de los primeros conciertos públicos que se celebran en el
país, por lo que Maryam deberá apañárselas sola en la organización de su campaña electoral con la única ayuda de su hermana mayor y de los tutoriales de
Youtube.
ayuda a conectar con un público amplio sin dejar de lado unas de las
más importantes afirmaciones que el feminismo está recalcando frente a los
valores del patriarcado: que lo más grande a menudo se encuentra en las
pequeñas cosas y que no es necesario ganar para conseguir tu objetivo.
La cinta emplea un estilo cinematográfico básico, en ocasiones con un cierto aire de telefilm, en el que el humor sirve para desmontar el sistema de desigualdades de género establecido en el país. Además, Al-Mansour logra que la historia, protagonizada eficazmente por la actriz Mila Al Zahrani,
alcance la universalidad incluso situándose en un entorno tan concreto y en una
sociedad tan alejada de la nuestra. Maryam lucha
por los derechos de la mujer simplemente porque es lo justo y porque la igualdad es algo que enriquece a
la sociedad en su conjunto, y esto es algo que se debería comprender en cualquier
lugar del mundo.
la directora es una constante en su filmografía. En su anterior y
elegante largometraje, ‘Mary Shelley’, mostró una versión que no había sido
contada de la biografía de la indómita autora de ‘Frankenstein’,
hija también de Mary Wollstonecraft, sufragista y autora del famoso
ensayo ‘Vindicación de los derechos de la mujer’. Aunque el contexto es
radicalmente distinto al desarrollarse en el Londres del siglo XVIII, Mary
Shelley también tuvo que plantarle cara a un mundo de hombres para que su
voz e historias fuesen escuchadas al mismo tiempo que se reconocía su
autoría.
igualdad es el motor de la obra. En ella se narran las
peripecias de Wajda, una niña de 10 años que vive en Riad, la capital de
Arabia Saudí, que se apunta a un concurso de Corán en la escuela para poder
comprarse la bicicleta que ansía pero que le niegan por no ser un
juguete apropiado para las niñas. De hecho, muchos han visto en Maryam la
evolución de Wadjda y, efectivamente, ambas comparten su
determinación ante los desafíos que les impone la sociedad en la que
viven al mismo tiempo que reflejan el momento histórico en el que está inmerso un país en el que la modernidad y el conservadurismo más exacerbado conviven en
una pugna constante.
perfecta’ se convierte una cita interesante en un mes de reflexión sobre la mujer, sus derechos y su situación en el
mundo. Una película para adentrarse en una sociedad hermética que muestra cómo el feminismo ha contagiado a buena parte del
mundo en una marcha imparable. Aunque queden muchas cosas por hacer, el
camino avanza sin olvidar que el objetivo no es otro que construir un mundo más justo.