EXTRA!

Dicen
que la mayor enfermedad de nuestro nuevo siglo es la depresión, un mal del que
no se puede salir si uno mismo no lucha hasta el final. Sin ir más lejos, la soledad es una
de las causas más comunes de este mal endémico, pudiendo llevar al ser humano a su
perdición. Nuestra cabeza puede introducirnos en un laberinto sin salida cuando
miramos a nuestro alrededor y no hay nadie. Somos, inevitablemente,
seres sociables por naturaleza.
que la mayor enfermedad de nuestro nuevo siglo es la depresión, un mal del que
no se puede salir si uno mismo no lucha hasta el final. Sin ir más lejos, la soledad es una
de las causas más comunes de este mal endémico, pudiendo llevar al ser humano a su
perdición. Nuestra cabeza puede introducirnos en un laberinto sin salida cuando
miramos a nuestro alrededor y no hay nadie. Somos, inevitablemente,
seres sociables por naturaleza.
Partiendo
de este halo de decadencia, el director
británico Jon S. Baird traslada a la gran pantalla la famosa novela del escocés
Irvine Welsh a través de su último trabajo, ‘Filth, el sucio’, una controvertida
comedia negra que llega un año después, este viernes 31 de octubre, a las salas españolas. Con la sombra inevitable de ‘Trainspotting’ del aclamado Danny Boyle, las
drogas, el alcohol y el sexo se hacen presentes en una cinta que retrata la
forma de ser del sargento de policía Bruce
Robertson (James McAvoy), un misógino, déspota, racista y un sinfín de
descalificativos que definirían a un hombre obsesionado por conseguir un
ascenso por encima de todo.
de este halo de decadencia, el director
británico Jon S. Baird traslada a la gran pantalla la famosa novela del escocés
Irvine Welsh a través de su último trabajo, ‘Filth, el sucio’, una controvertida
comedia negra que llega un año después, este viernes 31 de octubre, a las salas españolas. Con la sombra inevitable de ‘Trainspotting’ del aclamado Danny Boyle, las
drogas, el alcohol y el sexo se hacen presentes en una cinta que retrata la
forma de ser del sargento de policía Bruce
Robertson (James McAvoy), un misógino, déspota, racista y un sinfín de
descalificativos que definirían a un hombre obsesionado por conseguir un
ascenso por encima de todo.
Como
un retrato de la Escocia más oscura, el protagonista peca de toda maldad
mientras cae estrepitosamente en la autodestrucción. McAvoy, a quien aún tenemos en cartelera con ‘La desaparición de Eleanor Rigby’ de Ned Benson, lleva todo el peso de un film que si no llega a contar con él, pasaría totalmente
desapercibido. Dejando a los actores más secundarios a la altura del betún, el artista eclipsa de forma electrizante
con uno de los mejores papeles de su carrera por la complejidad de su personaje,
gracias al cual podemos pasar del odio a la compasión sin percatarnos. Con grandes
trastornos psicológicos, Bruce
despierta numerosas carcajadas con su desparpajo y carisma, siendo la amoralidad parte de su rutina diaria.
un retrato de la Escocia más oscura, el protagonista peca de toda maldad
mientras cae estrepitosamente en la autodestrucción. McAvoy, a quien aún tenemos en cartelera con ‘La desaparición de Eleanor Rigby’ de Ned Benson, lleva todo el peso de un film que si no llega a contar con él, pasaría totalmente
desapercibido. Dejando a los actores más secundarios a la altura del betún, el artista eclipsa de forma electrizante
con uno de los mejores papeles de su carrera por la complejidad de su personaje,
gracias al cual podemos pasar del odio a la compasión sin percatarnos. Con grandes
trastornos psicológicos, Bruce
despierta numerosas carcajadas con su desparpajo y carisma, siendo la amoralidad parte de su rutina diaria.

La trama roza la excesiva sencillez aunque, a través de un montaje no lineal, el
largometraje cuenta con un ritmo dinámico y con gancho. Pese a que toca temas controvertidos como el nazismo o la homofobia, los juicios de valor no tienen su lugar, siendo el espectador quien mantiene su propia opinión. No obstante, es complicado empatizar con tal alimaña, por lo que la parte más
dramática del guión enfría lo que prometía ser un trabajo brillante.
largometraje cuenta con un ritmo dinámico y con gancho. Pese a que toca temas controvertidos como el nazismo o la homofobia, los juicios de valor no tienen su lugar, siendo el espectador quien mantiene su propia opinión. No obstante, es complicado empatizar con tal alimaña, por lo que la parte más
dramática del guión enfría lo que prometía ser un trabajo brillante.
Parece
que el cineasta británico tiene cierta predilección por la filmografía de Guy Ritchie, entre otros, con una
estructura visual oscura, excéntrica y, por momentos, un tanto repulsiva y
caótica. Ambientada en el clásico paraje escocés, la fotografía, a cargo del
director Matthew Jensen, al que ya
conocemos por su labor en la famosa serie vampírica ‘True Blood’, recrea un espacio lúgubre y deprimente repleto de
inquietud. Su banda sonora completa una producción que no pasa desapercibida
con temas míticos como ‘Dr. Love’ de
Tom Jones, ’99 Ballons’ de Nena o una versión de ‘Creep’ de Radiohead realizada por Coco
Summer y Clint Mansell,
compositor del que también disfrutamos en ‘Cisne
negro’ o ‘Réquiem por un sueño’ de Darren Aranofsky.
que el cineasta británico tiene cierta predilección por la filmografía de Guy Ritchie, entre otros, con una
estructura visual oscura, excéntrica y, por momentos, un tanto repulsiva y
caótica. Ambientada en el clásico paraje escocés, la fotografía, a cargo del
director Matthew Jensen, al que ya
conocemos por su labor en la famosa serie vampírica ‘True Blood’, recrea un espacio lúgubre y deprimente repleto de
inquietud. Su banda sonora completa una producción que no pasa desapercibida
con temas míticos como ‘Dr. Love’ de
Tom Jones, ’99 Ballons’ de Nena o una versión de ‘Creep’ de Radiohead realizada por Coco
Summer y Clint Mansell,
compositor del que también disfrutamos en ‘Cisne
negro’ o ‘Réquiem por un sueño’ de Darren Aranofsky.
‘Filth, el sucio’ no tiene tapujos. Una cinta irreverente, divertida y alocada, no apta
para todos los públicos, que recuerda a grandes películas de culto. S. Baird presenta su segundo trabajo con un James McAvoy fuera de
serie por el que ya merece la pena el visionado.
para todos los públicos, que recuerda a grandes películas de culto. S. Baird presenta su segundo trabajo con un James McAvoy fuera de
serie por el que ya merece la pena el visionado.