EXTRA!

Presume de ser la feria de arte más joven de Europa y de tratarse de la única en España llevada a cabo con un 100% de capital privado, gracias al esfuerzo de un grupo de jóvenes emprendedores. ROOM ART FAIR celebró, del 22 al 24 de noviembre, su tercera edición en el hotel Praktik Metropol, justo al lado del enorme McDonald’s de la calle Montera. 


Por sólo 5 euros, un precio mucho más ajustado del habitual en eventos de este tipo, el público pudo visitar cada una de las habitaciones de la tercera y cuarta planta del hotel, donde se reunieron 30 galerías, cerca de 150 artistas, cinco proyectos de nuevos comisarios, bloggers y media partners. Una cita de lo más original que cambia los stands por las camas, baños y televisores del céntrico hotel.

‘Es un formato joven y asequible, algo que encaja perfectamente con los tiempos que estamos viviendo’. Habla la codirectora de la prestigiosa Galería Antoni Pinyol, Dolos Blasi, que durante el fin de semana cambia Reus por la habitación 205 del Praktik Metropol.

En la estancia se encuentran obras de los catalanes Jordi Abelló, Bruno Ollé y Lluis Barba, del madrileño Nacho Alcazar y del británico Stephen Wilks, este último representado mediante un gran ‘burro viajero’ relleno de cartas y mensajes de las personas que han apreciado su valor.

‘El mercado del arte se encuentra bastante parado en estos momentos, pero lo importante es que sigamos confiando en nuestros artistas, ya que son verdaderos defensores de nuestra sociedad que, con su obra, nos reflejan la problemática actual. Los galeristas debemos apoyarles mucho’, asegura Blasi.

En la habitación 215, Ivonne Gargano define la experiencia como ‘una vivencia simpática en la que el público se interesa por tus proyectos y donde, además, puedes conectar con gente que trabaja en lo mismo que tú’. Junto a ella, las también venezolanas Adriana Genel, Angyvir Padilla y Virginia Ramírez completan el universo que Hago Cosas expuso estos días en la estancia mencionada de la cita. La experiencia de hablar con el artista sobre su obra resulta, desde luego, algo único.

Las piezas, a precios asequibles que parten de los 20 euros, buscan atraer a un nuevo tipo de coleccionista, propiciando el acercamiento al arte y a los agentes del mercado de una forma desprejuiciada, más directa y tratando de que el público pierda al miedo al arte contemporáneo. 
Una cita que rompe con el elitismo característico de este tipo de ferias, en la que no hace falta ser un experto, ya que los propios artistas nutren los conocimientos del visitante explicándole su obra, simbología e imaginario. Una oportunidad para disfrutar de jóvenes galerías, en la que no faltan las performances, los talleres y las presentaciones.