EXTRA!



En una ciudad repleta de buenas propuestas gastronómicas, la renovación y la apuesta constante por nuevas ideas es clave, incluso cuando tu historia te avala. Y en un sector como el hostelero, hecho sin duda para valientes, el madrileño Café de Oriente lleva un año diversificando su oferta, creando ambientes y planes para distintos gustos y bolsillos. Situado en plena Plaza de Oriente desde el año 1983, y con vistas privilegiadas al Palacio Real, el local lavó completamente su cara en noviembre de 2015 para apostar por una estética más joven, de ligero aire colonial, modernizando y limpiando visualmente los espacios. 


Así, se desprendió de vetustos tapizados, cortinas que escondían la luz natural y un antiguo papel de pared para lucir con elegancia tonos blancos y dorados. No se trata de un cambio mal entendido; al contrario, se ha evitado un minimalismo que hubiera traicionado el origen. El establecimiento se encuentra repleto de nuevos elementos decorativos de toda índole, con grandes lámparas y actuales molduras en paredes y techos, una gran barra de mármol blanco, bancadas acolchadas con mesas de distintas alturas y una hermosa pajarera en su entrada. Por otra parte, se ha sabido jugar con la iluminación para crear diferentes ambientes.

Los eventos son una de las piezas clave de la nueva oferta del espacio y una muestra más de que han sabido entender el escenario cosmopolita en el que juegan. Los viernes por la noche, desde las 23.00 h., se organizan sesiones de jazz vocal que se pueden disfrutar con un buen cóctel en mano, mientras que los sábados han experimentado con sesiones con DJ invitado, decididos a redoblar la apuesta con la llegada de las buenas temperaturas a las noches de la capital.
Los menús temáticos son otro de los puntos fuertes, con ofertas desde 25 euros como el ‘Live & Share’, que se sirve en el bistró todas las tardes y noches. La última propuesta a este respecto es el sugerente ‘Beer Sensations’, un menú con maridaje de cervezas elaborado por el chef santanderino Roberto Hierro, en la que esperemos sea sólo la primera de muchas colaboraciones con la cervecera Heineken. Compuesto por cinco platos maridados con cinco cervezas, esta oferta supone una muy grata experiencia que se puede disfrutar por 35 euros (bebidas incluidas) hasta la próxima Semana Santa. Y, aunque siempre es recomendable realizar una reserva, se puede degustar sin ella.

En los aperitivos del menú se enfrentan el sabor del carpaccio de dorada al toque de mango con un delicioso escabeche de capón al vinagre de sidra. Se acompañan ambos con una una suave y fresca Sol que combina a la perfección con salsas de sabores intensos. Tras ello, Hierro propone unas alcachofas a la plancha con manitas de ibérico acompañadas de una potente Guinness Original que sienta las bases para los platos principales.
El primero, un soldadito de pavía – clásico madrileño elaborado con bacalao –, se adereza con una rica tempura de salicornia y compota de tomate. Todo ello se paladea con una clásica y siempre apetecible PaulanerAntes de pasar a la carne, un fabuloso sorbete de cerveza elaborado al momento refresca el paladar. Justo después llega a la mesa uno de los mejores platos: la hamburguesita de wagyu en pan bao, un plato aparentemente sencillo que resulta una auténtica delicia servida al punto y regada de manera perfecta con una belga AffligemEl atrevido postre, un pan de cerveza con helado de pimienta, presume de una inmejorable mezcla con la lámbica de fermentación espontánea Mort Subite. Una diversidad de sabores tan bien enfrentados y compensados que ofrecen un cierre difícil de olvidar. 


Con una oferta gastronómica de alto nivel (y precios contenidos) para ocasiones especiales, el Café de Oriente hace una apuesta decidida por generar novedosas experiencias en el corazón de Madrid. Un atrevimiento que demuestra el saber hacer de un local con historia que se atreve a reinventarse como pocos harían.