Atlántida Film Fest



Inspirado en una noticia sobre un restaurante que sirve carne humana, ‘Fish & Cat’ podría tomarse como una de las primeras películas de slasher iraní, pero no todo es lo que parece. Rodada en una única e impresionante toma de dos horas y cuarto, el segundo largometraje de Shahram Mokri combina un astuto sentido del humor con el cine convencional americano. Premiada en festivales como los de Dubai o Venecia, la cinta está disponible hasta el próximo 9 de julio en el Atlántida Film Fest.


La acción comienza en un descuidado restaurante aparentemente a cargo de dos extraños y siniestros cocineros, Babak (Babak Karimi) y Saeed (Saeed Ebrahimifar). La cámara nos traslada a un bosque cercano donde un grupo de estudiantes que participa en un concurso de vuelo de cometas ha levantado su pequeño campamento para la ocasión. Babak y Saeed serpentean por el bosque con cuchillos afilados y una bolsa de plástico maloliente mientras su peculiar conversación gira en torno a personajes que hacen una memorable aparición hacia el final de la película.


Para adaptarse a las restricciones que supone el uso del plano secuencia, multitud de personajes entran y salen del marco mientras la cámara elige seguirlos o no, mostrando cómo sus caminos se cruzan y el lazo que les va uniendo. Algunas tomas se recrean, aportando datos que encajan más adelante. Todo ello en medio de una atmósfera cómica pero oscuramente misteriosa en la que van ocurriendo extraños sucesos.



Mokri emplea algunos convencionalismos del género de terror, como la música del compositor Michael Nyman con el fin de recrear un ambiente de temor mientras se abstiene de mostrar violencia explícita. En su lugar, los hechos terribles y lugares espeluznantes se describen en una serie de contextos que dejan al público imaginando lo peor. A lo largo de la película, se juega con diversas formas de narración y una fotografía en tonos sepia que aporta un aire pop al metraje.


El elenco es lo suficientemente amplio como para aportar variedad a unas actuaciones acertadas a las que resulta difícil seguir la pista según el proyecto va girando sobre sí mismo. Se debe reconocer la abrumadora sensación de asombro que emana de una estructura que juega con la percepción espacio-temporal.


A pesar de su excesiva duración, ‘Fish & Cat’ supone un trabajo novedoso con muy buenas intenciones y poca pretensión que, siendo conscientes de su complejidad, logra encajar todas las piezas. Una demostración de efectividad en la que el espectador recibe lo necesario para permanecer entretenido6,5/10.