EXTRA!
El pasado 6 de junio arrancaba en el Teatro Compac Gran Vía de Madrid la segunda temporada de ‘Arreglando el mundo’. Un espectáculo de humor y música dirigido por el popular actor y presentador Eduardo Aldán, cuya filosofía mainstream levantará pasiones entre los más reacios a pisar las salas.
El trío de cómicos compuesto por El Monaguillo, Ernesto Sevilla y J.J. Vaquero se desmarca con monólogos que buscan en el público una identificación inmediata. En la cuerda floja, entre la obviedad y la originalidad, se desgranan temas cotidianos como las rupturas sentimentales, la vuelta a la casa de los padres o la infidelidad.
J.J. Vaquero, colaborador habitual de ‘El Hormiguero’, juega el papel de macarra y duda de si su amigo Ernesto Sevilla, el guaperas del grupo, se está acostando con su mujer. El humorista provoca una espontánea y placentera complicidad con el espectador que suma puntos en sus intervenciones.
Por su parte, el manchego Ernesto Sevilla, menos visceral y más metódico, no escatima esfuerzos al ofrecer su humor de corte surrealista – programas como ‘La hora Chanante’, ‘Muchachada Nui’ o ‘Museo Coconut’ le avalan -. Sin duda, se trata de uno de los cómicos más carismáticos y prolíficos de nuestro país.
Sergio Fernández Meléndez, conocido como El Monaguillo, redondea la producción conquistando al público con su humor costumbrista y su gracia natural. La polifacética presentadora Cristina Urgel es la anfitriona de este show bar en el que se ha transformado el popular teatro de la Gran Vía madrileña.
Y es que no hay bar sin chica guapa ni espectáculo de humor sin crítica social. Por eso en ‘Arreglando el mundo’ no dudan en sacar a relucir el lado más vergonzoso de nuestro panorama político. Más de un ilustre jugador de balonmano y otros tantos ministros sufrirán pitidos de oído de lo más faranduleros.
Sentados alrededor de una mesa y amenizados por la música de una banda que acertadamente rellena el vasto escenario, los asistentes degustan cerveza a placer mientras disfrutan a carcajadas. Con amigos y unas cañas, arreglar el mundo es coser y cantar.