De
sobra es conocido el dicho de que la belleza se encuentra en el interior. Una
idea que siempre se ha tratado de fomentar entre los más pequeños pero que,
llegados a la adolescencia, se transforma en un concepto utópico y vago que
nunca llega a tomarse en serio. Con esta premisa nace ‘Pieles’, la ópera prima del joven
actor, director y guionista madrileño Eduardo Casanova, conocido por la exitosa serie de televisión ‘Aída’, que trata de abrirse
camino tras las cámaras desde hace años con una serie de originales cortometrajes. Tras varias piezas en las que ya dejaba ver su peculiar personalidad y estilo, presentó su primer largometraje nada menos
que en la Berlinale, donde causó gran sensación entre los asistentes, para después aterrizar en el Festival de Málaga. La cartelera española la recibe este viernes 9 de
junio.
partir de diversas historias entrelazadas, el autor desarrolla un universo fílmico con personajes maltratados a los que mima. El primero
de ellos es Samantha (Ana María Polvorosa), una chica que vive acomplejada
porque el orificio de su boca es en realidad un ano y viceversa. Encerrada en
su casa, intenta tomar contacto con una sociedad que se
burla de ella. Laura (Macarena Gómez) también permanece aislada entre las paredes
de su habitación, donde ejerce la prostitución. No posee ojos, lo que le ha
llevado a tapar su defecto con unos preciosos brillantes. Apenas recibe visitas, a excepción de la de Iztiar (Itziar Castro),
una mujer obesa que no desea que nadie la toque pero que busca desahogo entre las piernas de Laura.
su parte, Cristian (Eloy Costa) es un chico que no quiere tener piernas, lo que
le ha llevado a hacerse cortes con el fin de amputárselas. Su psicóloga es
la única capaz de comprenderle, mientras que su madre, Claudia (Carmen Machi), pierde los nervios ante la conducta de su hijo. Por último, una desfigurada Ana
(Candela Peña) intenta
romper su relación con Ernesto (Secun de la Rosa), que no ve
defecto alguno en ella, para empezar una vida junto a Guille (Jon
Kortajarena), cuyo cuerpo sufre las secuelas de unas quemaduras que le han destrozado la piel.
a que resulta indiscutible la gran originalidad con la que el autor muestra una
premisa sobradamente reflejada en el cine, el filme sigue la
estela de uno de sus anteriores cortometrajes, ‘Eat my shit’, en el que se
desarrollaba precisamente la historia de Samantha. Una pieza controvertida que mostraba la crueldad de la sociedad ante aquellos que se salen de la norma. Durante los casi 80 minutos de ‘Pieles’ se respira una
violencia incómoda que despierta rechazo y empatía a partes iguales. Sin
embargo, a lo largo de la película subyace la sensación de estar ante
un conjunto de pequeños cortos, algunos con mayor interés que otros, unidos
por una idea y una puesta en escena, pero sin algún nexo entre los
personajes.
combina el drama y el humor para generar una narración ambivalente en todos los
sentidos. Los protagonistas se encuentran fuera de los límites de lo que la
sociedad comprende, pero su interior rezuma tal sensibilidad que es imposible permanecer indiferente a su dolor. Mientras
tanto, aquellos que parecen normales se revelan como monstruos capaces de herir, insultar, maltratar,
explotar y violar. En su reparto
coral destacan las interpretaciones de Ana Polvorosa, Carmen Machi, Candela Peña
y Macarena Gómez con personajes que dejan poso en el espectador. La
inocencia de Samantha, los fuertes arrebatos de Claudia, la decidida
Ana y la frágil Laura protagonizan momentos decisivos.
Asimismo,
la fotografía del cineasta José Antonio Muñoz Molina, que repite experiencia
junto a Casanova, sigue la estela de ‘Jamás me echarás de ti’, otro de los
cortometrajes del autor. De corte funcional, los tonos pasteles – como el rosa y
el lila – tiñen una imagen que acentúa el protagonismo de los personajes, a los que se intenta poner entre algodones para evitar los golpes que el mundo está dispuestos a propinarles. Con cierto recargamiento en su
puesta en escena, sobre todo debido al abuso monocromático, ‘Pieles’ no resulta tan desmesurada como aparenta. A pesar de algunas irregularidades narrativas, la película enternece gracias a unos entrañables protagonistas expuestos ante una sociedad cruel y patética incapaz de ver más allá de las apariencias.