EXTRA!
Teníamos ganas de vivir en directo un concierto de los protagonistas del mejor debut de 2009, The XX. ‘Coexist’, su segundo trabajo, nos convenció para acudir a la segunda de las citas en La Riviera de estos chicos tan tímidos que visten de luto y suelen llevar la cabeza baja.
No podemos hablar mucho de la electrónica de John Talabot y Pional porque llegamos a la sala cuando terminaba su papel como teloneros, pero lo que pudimos vivir fue un buen directo que el público bailó entusiasmado hasta la última nota.
Una de las teorías de The XX es que su música cuenta con letras tristes entre las que uno puede encontrarse con rendijas de luz que te devuelva la sonrisa. Quizá buscando la complicidad con su público arrancaron con ‘Angels’, una elección que nos causó más extrañeza que cercanía por la incoherencia de comenzar una actuación tan esperada con el hit de su segundo trabajo. ¿Por qué tan pronto?, nos preguntamos todavía. Aún así, marcaron bien las coordenadas del mapa con su sonido emocional, esperanzador y euforizante.
Su minimalismo extremo continuó trazando claroscuros que emergieron con temas como ‘Crystalised’, ‘VCR’, ‘Islands’, ‘Reunion’ y ‘Sunset’ que fueron desembocando en un ambiente más electrónico con piezas como ‘Swept Away’ – acertadísima fusión con ‘Shelter’ – o ‘Fiction’, interpretada íntegramente por Oliver en el único momento del concierto en que dejó de tocar el bajo. Tras una hora de música, el escenario se quedó en silencio para dar paso a los bises con los que dijeron adiós a una sala a rebosar de público. Sonaron ‘Intro’, la maravillosa ‘Tides’ y se marcharon con ‘Stars’.
Comprendimos la mala crítica al trío londinense tras su paso por el último Primavera Sound: The XX es un grupo con un repertorio magnífico y un sonido espectacular, pero no consiguen atravesar la piel del público en directo más de lo que ya consiguen entregar en el estudio, que es mucho. No hubo sorpresas. La fina línea que separa la elegancia de la parsimonia a veces daba vértigo. Buenas canciones y gran grupo para un directo aún por pulir.
Puntuación de MADtime: 6/10
No podemos hablar mucho de la electrónica de John Talabot y Pional porque llegamos a la sala cuando terminaba su papel como teloneros, pero lo que pudimos vivir fue un buen directo que el público bailó entusiasmado hasta la última nota.
Una de las teorías de The XX es que su música cuenta con letras tristes entre las que uno puede encontrarse con rendijas de luz que te devuelva la sonrisa. Quizá buscando la complicidad con su público arrancaron con ‘Angels’, una elección que nos causó más extrañeza que cercanía por la incoherencia de comenzar una actuación tan esperada con el hit de su segundo trabajo. ¿Por qué tan pronto?, nos preguntamos todavía. Aún así, marcaron bien las coordenadas del mapa con su sonido emocional, esperanzador y euforizante.
Su minimalismo extremo continuó trazando claroscuros que emergieron con temas como ‘Crystalised’, ‘VCR’, ‘Islands’, ‘Reunion’ y ‘Sunset’ que fueron desembocando en un ambiente más electrónico con piezas como ‘Swept Away’ – acertadísima fusión con ‘Shelter’ – o ‘Fiction’, interpretada íntegramente por Oliver en el único momento del concierto en que dejó de tocar el bajo. Tras una hora de música, el escenario se quedó en silencio para dar paso a los bises con los que dijeron adiós a una sala a rebosar de público. Sonaron ‘Intro’, la maravillosa ‘Tides’ y se marcharon con ‘Stars’.
Comprendimos la mala crítica al trío londinense tras su paso por el último Primavera Sound: The XX es un grupo con un repertorio magnífico y un sonido espectacular, pero no consiguen atravesar la piel del público en directo más de lo que ya consiguen entregar en el estudio, que es mucho. No hubo sorpresas. La fina línea que separa la elegancia de la parsimonia a veces daba vértigo. Buenas canciones y gran grupo para un directo aún por pulir.
Puntuación de MADtime: 6/10