EXTRA! 


‘Ser o no ser, esa es la cuestión’. Así comienza uno de los monólogos más conocidos de la obra
de William Shakespeare, ‘Hamlet’.
El 23 de abril de 2014, coincidiendo con el 450
aniversario del nacimiento del famoso dramaturgo, la prestigiosa compañía londinense Shakespeare’s Globe se embarcó en una maravillosa aventura teatral alrededor del mundo. El pasado 21 de abril aterrizaron en Madrid, con cuatro
únicas funciones con localidades agotadas que se representaron en la Sala Verde de los Teatros
del Canal
.


‘Globe To Globe Hamlet’ hace escala en todos los países del mundo en una titánica gira que antes de recalar en Madrid aterrizó en Namibia.
La obra conducida por el director artístico de la Shakespeare’s GlobeDominic Dromgoole, la conforman 10 actores (que cambian en cada función) encargados de dar vida a la treintena de personajes de la obra con gran soltura y naturalidad. Una representación en lengua inglesa (con sobretítulos en castellano) que logra que el espectador disfrute de forma diferente la tragedia del poeta inglés.

Una
gélida noche, mientras custodian el castillo de Elsinore, Marcellus,
Bernardo
y Horacio ven al
fantasma del difunto rey Hamlet y
deciden contárselo al hijo del rey, el príncipe Hamlet. Este, en plena celebración del matrimonio de su
madre con su tío Claudio, decide acudir al bosque a ver si se aparece el fantasma de su padre.
El espectro del rey aparece en la oscuridad para reclamar venganza, revelando que su muerte no fue natural, sino un plan urdido por su tío. Hamlet
entrará entonces en un estado de locura transitoria y hará todo lo posible por vengar la
muerte de su padre.


Una
producción fresca y jovial de la obra del dramaturgo inglés que no deja indiferente a nadie en una representación majestuosa con un elenco a la altura
del libreto y una fuerza espectacular sobre las tablas, donde los personajes logran que el público se meta de lleno en la historia. La función rebosa humor negro, haciendo que el espectador disfrute todavía más de la historia.

Con una
escenografía que varía según el país en el que se representa, la obra se adapta a multitud de escenarios, desde un teatro hasta un parque. En esta ocasión, la
puesta en escena en los Teatros
del Canal
fue soberbia. Con elementos como un telón
corredero tendido de lado a lado, media docena de baúles y un vestuario donde
se mezclan prendas de diferentes épocas, la compañía consiguió escenificar a la
perfección cada una de las localizaciones del texto clásico.
A falta
de luz natural, la sala estuvo iluminada por un foco que alumbró por igual a
público y actores. La m
úsica en vivo (sin amplificación) corrió a cargo de los actores, subrayando el comienzo y fin de cada acto. Una
experiencia única, de casi tres horas de duración, recomendable a todo el que quiera disfrutar de la obra de Shakespeare
con una excelente compañía.
Por desgracia para el público español, ya han puesto rumbo a su próximo destino, Sri Lanka.