EXTRA!



Mientras
que multitud de directores se sirven de historias artificiosas y miles de críticas
salen a la luz cuestionando su verosimilitud, otros prefieren utilizar extractos que la propia vida nos
proporciona y que muchas veces son más sobrecogedores de lo que pensamos. Un claro ejemplo de cómo dejar el
dramatismo convencional a un lado es ‘Mommy’, el nuevo largometraje del cineasta
canadiense Xavier Dolan, que aterriza en la cartelera española el viernes 5 de
diciembre.
Un trabajo que no pasará desapercibido después de haber
triunfado en la última edición del Festival de Cannes, donde compartió el
premio del jurado con el mítico Jean-Luc Godard.

En
una Canadá distópica en la que los padres tienen la posibilidad de abandonar en hospitales a sus hijos enfermos, Diane Despres (Anne Dorval) mantiene internado a
su hijo Steve (Antoine-Olivier Pilon)
por padecer TDAH, un desorden de hiperactividad que le genera fuertes brotes de
agresividad.
Junto a su vecina, Kyla
(Suzanne Clement)
, completarán un trío basado en una relación conflictiva
emocionalmente pero de apoyo mutuo para salir a flote en una realidad en
contra.
Con
un elenco de lujo,
la gran sorpresa
la da el joven Pilon, que se mete en la piel de un personaje de gran complejidad.
Su necesidad de cariño y comprensión choca constantemente
con los arrebatos incontrolados de ira. El actor se luce incluso a través de su
mirada, mostrando una labor maravillosa en lo que puede ser el comienzo de una
exitosa carrera cinematográfica. Por su parte, una sensacional Dorval logra transmitir compasión, empatía
e impotencia gracias al fantástico trabajo que realiza, al mismo
nivel que su otra compañera de reparto, Clement,
que aporta un toque cómico y emotivo muy elegante, completando esa labor
de sutilidad con la que Dolan juega
en sus películas.
La
anarquía en su guión evidencia que no estamos ante un drama cualquiera. Los
sentimientos son el elemento principal de una historia que, aunque a algunos
les parezca distante por su temática, conmueve e hipnotiza a través de 
su frescura y el tratamiento sincero del autor. Es curioso que su ritmo
irregular no resulte incómodo, alargando las escenas de mayor intensidad
para regocijo del espectador.

Llama la atención el uso del ratio visual 1:1, algo que al principio parece
tan sólo un capricho del canadiense,
pero que muestra el aprisionamiento en el
que se ven inmersos los personajes, una sensación
frustrante e hipocondríaca que el público experimenta con ellos, algo que también ocurre en las escenas en las que el trío respira
tranquilo y sin miedo, momentos que Dolan
acompaña técnicamente con secuencias de absoluta belleza.
Como
guinda, la maravillosa banda sonora delata la maestría que este
joven director de tan solo 25 años posee.
Entre su selección destacan Lana del Rey, Celine Dion o el himno de
toda una generación, ‘Wonderwall’ de
Oasis
, que completa una de las escenas más potentes del largometraje.
En contraposición, el admirable uso de los silencios y la falta de iluminación
en plena tensión nos hablan de poesía escénica.
Hay pocas películas que rocen la perfección
y ‘Mommy’ es una de ellas.
Su realidad dolorosamente palpable
emociona y desgarra a partes iguales. Resulta apabullante que alguien tan joven
pueda tener tanta magia entre sus manos. Xavier
Dolan
consigue crecer profesionalmente y deja el listón muy alto para sus
próximos trabajos.