EXTRA! 


Sólo el hecho de ver actuar a
Fernanda Orazi ya conmueve.
Jovencísima, llena de talento y habitual en las
producciones del conocido director argentino Pablo Messiez, la actriz se
desdobla en ‘La realidad’ en dos hermanas separadas por miles de kilómetros que
olvidan la distancia mediante videoconferencia, un recurso que sirve a la intérprete para convertirse en ambos personajes en la obra de la uruguaya Denise Despeyroux.

La producción, que supera por
pocos minutos la hora de duración, cuenta en su historial con el aplauso de público y crítica
tras pasar por escenarios madrileños como el Fernán Gómez o la Sala Triángulo, trasladándose ahora a El umbral de primavera, uno de esos espacios alternativos que
surgen últimamente en la capital, con precios asumibles por el espectador en
escenarios poco frecuentes que acogen producciones que, por riesgo e independencia, difícilmente encajarían en tablas más conocidas.

Para la hermana que el público
disfruta a través del proyector, Luz, la virtud resplandece en las desgracias.
Con el objetivo de que su hermana Andrómeda la suplante cuando ella muera, ensayan una transformación que se verá interrumpida por anécdotas
familiares, alusiones literarias y una contención constante por parte de la
intérprete
en una extensa conversación en la que Orazi ríe, llora, tiembla y
reflexiona ante un público incapaz de apartarle la mirada en ningún momento.



El texto de Denise Despeyroux demuestra
inteligencia, talento y ritmo en un trabajo en el que la
escenografía está de más gracias a un monólogo en el que se abofetea lo
taumatúrgico y se cuestiona la bondad de una supuesta fuerza suprema en un
mundo en el que los niños mueren sin motivo y los adultos se destruyen entre
.

Fernanda Orazi realiza un
magnífico ejercicio actoral que encuentra un perfecto equilibrio entre la
presunta contradicción de la lucidez y la locura, en una realidad en la que lo
insoportable se convierte a menudo en irónico para que las heridas parezcan menos dolorosas por mucho que escuezan. Aunque uno de los motivos que más llamen la atención de la
pieza sea la originalidad de su planteamiento mediante la proyección de uno de
los personajes, el contenido acaba convirtiéndose en el elemento más poderoso en una perfecta unión entre un bellísimo texto y una fascinante actuación.