EXTRA!
En los años 60, el psicólogo
estadounidense Walter Mischel ideó
un experimento que hoy en día se conoce como el test de la golosina. En él se estudiaba la capacidad de los niños
preescolares a la hora de resistir ante una satisfacción inmediata, materializada en
el dulce preferido de aquellas criaturas. Le daba a cada niño un dulce y una campana, explicándoles que podían tocar la campana y comerse la golosina o esperar unos minutos y obtener un caramelo extra.
El Don Juan poderosamente sexual que Darío Facal ha revivido en su
adaptación de ‘El burlador de Sevilla’,
obra atribuida a Tirso de Molina,
habría aguantado bien poco en aquella habitación de la Universidad de Stanford.
Las mujeres, su tentación, sucumben a la sed del mito de la seducción. La obra se representa hasta el próximo 29 de noviembre en la sala principal del Teatro Español de Madrid.
son los pilares fundamentales desde donde se proyecta la adaptación de este
clásico del Siglo de Oro. Hijo de su tiempo, ofrece un texto coherente y
preciosista cuya cima plástica es el monólogo de la pescadora Tisbea, interpretada por la conocida actriz Manuela Vellés. La pieza se enriquece con el diseño audiovisual a cargo del galardonado director de
cortos Iván Mena. El escolástico
escenario del Español se deja pervertir por proyecciones propias de un
festival de música e iluminación vivaz, fruto del trabajo de Manolo Ramírez, que ha desempeñado su
labor como diseñador de luces en compañías como Animalario.
polifacético creador David Ordinas,
autor de obras como ‘Venidos a menos’. La composición musical,
que se pasea entre el rock, el blues y el folk corre a cargo de Álvaro Delgado (Room 603) y da un aire de gran concierto
a todo el montaje, aunque quizá el cableado esparcido por el escenario se
pudiera simplificar de alguna manera.
inspirado a célebres autores como Espronceda, Molière o
Lorenzo da Ponte, libretista de la ópera de Mozart ‘Don Giovanni’. Los estudios
apuntan a que es en ‘El burlador de Sevilla’ donde el personaje aparece por
primera vez en la literatura. Si bien históricamente se le han
atribuido cualidades más almibaradas y románticas, esta versión apuesta por una figura eminentemente sexual y sin escrúpulos, amparada
en la moralina cristiana de que, por muy mal que se haya obrado en vida, no hay
culpa que no se disipe con el arrepentimiento y la oración. Pese a haber trascendido como un compendio
de seducción, la obra fue concebida con vocación moralizante,
quizá en contestación a la doctrina de predestinación que Juan Calvino
estaba extendiendo por Europa.
espada del actor tinerfeño Álex García, quien durante el transcurso de la
representación aumenta paulatinamente su actitud visceral, convirtiéndose en un
candidato más que decente para representar al burlador, tanto por el componente
físico como por el interpretativo. Completan el elenco los actores Agus Ruiz, Marta Nieto, Emilio Gavira, Eduardo Velasco, Luís Hostalot, Rebeca Sala, Rafa Delgado, Alejandra Onieva, Diego Toucedo y Judith Diakhate.
dramaturgo y actor Darío Facal traslada a los clásicos al siglo XXI. En su haber
cuenta con una reciente adaptación de ‘Las amistades peligrosas’, de Pierre Choderlos de Laclos, o de la shakesperiana ‘El sueño de una noche de verano’. Formado en insignes y
diversos centros de creación, desde la RESAD a la Universidad de Nueva York,
Facal supone una pieza clave en el engranaje teatral contemporáneo español. Vista la
función, se puede afirmar que los objetivos del madrileño de resaltar el texto y
sus ambigüedades, por una parte, y de representar a Don Juan como un hombre de
profunda respiración y deseo, por otra, se materializan y llegan a ser captados por el público.
placeres de la vida que gira sobre un importante entramado audiovisual,
adquiriendo cierto aire onírico e irresistible. Una buena ocasión para
descubrir al personaje más universal de la literatura española.