EXTRA!

Parece increíble que hayan tenido que pasar 11 años para poder
asistir de nuevo a un concierto del grupo británico Placebo
en Madrid.
Desde la gira ‘Sleeping with
ghosts’
, los seguidores de la banda han estado
esperando este momento para reunirse con el cantante Brian Molko, el bajista Stefan
Olsdal
y el batería Steve Forrest.
Pese a que han manifestado en repetidas ocasiones sentirse como en casa cada
vez que actúan en la capital, las posibilidades de los seguidores madrileños algunas
veces se han visto frustradas, como en 2009, cuando el trío tuvo que suspender
su cita debido a problemas de salud de su líder.

En esta ocasión, la formación, en plena gira ‘Loud Like Love’, estrenó anoche The Ring, el nuevo espacio del Palacio de los Deportes con un escenario más
reducido y sin gradas, que configura una interesante propuesta para acoger conciertos de aforo medio,
con un
espacio más íntimo y un sonido espectacular.
Los mallorquines L.A. saltaron a escena con gran energía, a
pesar de saber que esta vez ejercían de teloneros, con poco más de media hora en la que mostrar un repertorio que conquistara a un público deseoso de ver a los ingleses. Algo tímidos cada vez que interactuaban con los allí presentes, la banda demostró un alto nivel y un estupendo setlist que hizo disfrutar
a todos, aun sufriendo algún que otro contratiempo con el sonido.
Con una puntualidad muy propia de Placebo, a las diez de la noche aparecieron Forrest, Olsdal y Molko
junto a su equipo para dar las primeras notas de ‘B3’, tema que daría paso a un poco mas de hora y media de un
show intenso.
Con un repertorio similar al que están ofreciendo últimamente, repasaron el nuevo
disco, ‘Loud Like Love’, incluyendo
algunos éxitos de sus anteriores álbumes, a excepción de su primer trabajo homónimo. El
conjunto británico continuó con ‘For
what it’s worth’
 con gran intensidad y acompañados de dos guitarristas más,
confirmando así la madurez de la banda, que disfrutaba con cada nota viendo a
un público tan entregado. 


Un inesperado ‘Allergic’ sorprendió a los presentes, ya que hacía mucho tiempo que no sonaba en directo y, tras repasar su mítico ‘Every you every
me’
, todo un himno en sus actuaciones, prosiguieron interpretando temas recientes como ‘Scene of the crime’,
la melódica ‘A million little pieces’,
que supuso un pequeño descanso tras la fuerza y energía de los anteriores, o ‘Rob the bank’, que sonó incluso con
más ímpetu que en el propio estudio. Molko
no olvidaba animar a sus fans con
palabras en un español bastante fluido.
El
pegadizo ‘Too many friends’ introdujo el repaso a uno de sus discos más aclamados, ‘Meds’, con la calmada ‘Space
monkey’, la desgarradora ‘Song to say goodbye’, que no suele faltar, o el propio single que da nombre al álbum.
El cierre del show transportó al público a un pasado ya
lejano con ‘Special k’ y ‘The bitter end’, que desató la locura
de los allí presentes. Durante el espectáculo, los leads de infinitos colores adornaban el recinto, acompañando
melódicamente los sonidos de los instrumentos de los componentes
Muy
aplaudido fue, sin duda, el bis de cuatro canciones que el trío brindó. ‘Begin the end’, el casi olvidado cover de Kate Bush, ‘Running up that hill’, ‘Post Blue’ y una dilatada
‘Infra-red’, que culminó con Molko distorsionando la última guitarra
del gran muestrario que lució durante el concierto. En pleno suelo del escenario,
mientras múltiples luces de color rojo intenso le iluminaban, el cantante
ensordeció a un público que aplaudía con la misma intensidad que al principio y
que ya esperan impacientes el regreso de Placebo.