Atlántida Film Fest



Si
una película nos ofreciera diversión, venganza, lucha, humor audaz y cientos de
litros de sangre, inmediatamente pensaríamos en figuras como
Tarantino y su ‘Kill Bill’. Una fórmula perfecta para el cine ligero que constantemente
se nos ofrece en la gran pantalla. En esta ocasión, la oferta proviene de uno de los grandes directores japoneses,
Sion Sono. ‘Why Don’t You Play in Hell?’ es su último trabajo, del que podemos disfrutar en el
Atlántida Film Fest hasta finales de abril.

El
famoso autor nipón derrocha locura y exceso a través de su propio sello de
identidad. Sus obsesiones se ven volcadas en una historia que mezcla diversas
tramas que se acaban fusionando en una sola idea: el amor al cine.
Dos clanes
de yakuzas enfrentados, la caprichosa
hija de uno de los jefes que desea ser actriz protagonista, un chico que se ve
envuelto sin querer en una gran aventura y un equipo de jóvenes que desea rodar un largometraje son los ingredientes básicos que
hacen de esta cinta un despliegue auténtico de diversión y acción a partes
iguales.
Si
por algo se caracteriza Sono es por
llevar a sus personajes al límite, conduciéndolos siempre hacia ese mundo
personal tan extremo que él mismo ha creado, sea de la temática que sea, siendo
uno de los pocos artistas capaces de trabajar con cualquier estilo que se le
antoje.
Bien es cierto que, en esta ocasión, el autor parece haber querido
abarcar los géneros más populares como si de su propio homenaje se tratara.
El
chiflado director Hirata (Hiroki
Hasegawa)
, al mando del equipo de producción The Fuck Bombers, aporta la comicidad desmesurada; el tímido Koji (Gen Hoshino) otorga ciertas dosis
de drama romántico junto a la pizpireta Michiko
(Fumi Nikaido)
, a quien veremos luchar con katana en mano junto a su padre; el mafioso Muto (Jun Kunimura), frente a su principal enemigo, Ikegami (Shinichi Tsutsumi). Un sinfín
de personajes que desfilan ante los ojos del espectador en un constante enredo
un tanto violento.

Probablemente este no sea el mejor
largometraje del cineasta, pero eso no impide que estemos ante un trabajo entretenido, con un ritmo narrativo y visual que pocos logran
presentar con tal maestría.
Desde el principio es fácil darse cuenta de que se
trata de una simple parodia al cine gracias a detalles como
los efectos sonoros que se incluyen en escenas donde hay besos.
Un
trabajo impecable que desborda originalidad y que cuenta con la participación
del aclamado Hideo Yamamoto (colaborador
habitual del cineasta nipón Takashi Miike) como director de fotografía. Escenas rodadas en un mínimo espacio en las que el espectador puede
disfrutar de hasta el más mínimo detalle y un metraje trepidante suman calidad
a la cinta.
Aunque los aficionados al cine de acción y al gore valorarán su excesiva violencia, con multitud de planos que rozan
la perfección, el abuso de brotes de sangre digital hace que el espectador acabe distanciándose de la historia. 
‘Why Don’t You Play in Hell?’ es una versión diferente de un director que vuelve más gamberro y excéntrico que nunca,
pero manteniendo su sello personal.
Puro entretenimiento asiático sin
pretensiones.