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En
una época en la que la tecnología nos permite visitar virtualmente cada rincón de la tierra, resulta sorprendente adentrarse en el
variopinto universo creado por el icónico escritor Julio Verne y
descubrir la exactitud de sus cálculos imaginarios.
El Espacio Fundación Telefónica de la capital acoge, del 6 de noviembre de 2015 al 21 de febrero de 2016, la exposición ‘Julio Verne. Los límites de la imaginación’, comisariada por María Santoyo y
Miguel Ángel Delgado, que no focalizan tanto en lo que ya conocemos del autor francés, sino en el legado surgido a raíz de las aventuras narradas en sus
novelas.


Los
comisarios resumen la vida y obra del escritor como una idea contrapuesta a
la clásica dicotomía entre ciencias y letras. Para ellos, la ciencia forma parte de
la cultura, así como la cultura puede ser científica. Así lo prueba el
propio Julio Verne, epicentro en torno al cual giran 27 personajes cuyos avances, descubrimientos y hazañas se vieron influidos por
las historias del novelista.
Entre ellos, el visitante se encuentra
con el explorador de la Antártida Ernest Shackleton, cuya expedición se anticipó en ‘Las aventuras del Capitán Hatteras’, o el cineasta
español Segundo de Chomón, que se inspiró en obras como ‘Viaje al
centro de la tierra’
en algunas de sus películas.  



También se refleja la importancia del autor francés en el científico español Isaac Peral, inventor del submarino, creado a imagen
y semejanza del Nautilus del capitán Nemo en ‘20.000 leguas de
viaje submarino
‘. Sobresale la hazaña de la periodista Nellie Bly,
que entre 1889 y 1890 logró dar la vuelta al mundo en tan solo 72 días,
intentando demostrar que se podía superar el récord de los 80 días
fijados en la famosa novela.



Con
la curiosidad como guía y la cartografía como esencia de la
estructura de la exposición, el espacio cultural reúne 275 piezas agrupadas y vinculadas
a través de los elementos relevantes en las aventuras de Verne:
la tierra, el aire, el hielo, el agua, el espacio y el tiempo.
La muestra incluye joyas como uno de los tres únicos ejemplares del globo terráqueo de
Monfort o la primera edición mundial de ‘20.000 leguas de viaje
submarino’
(1869), que se editó en España debido a la guerra con Prusia en la que Francia estaba
sumida. También se puede disfrutar de parte del musical ‘Around the world’ de Orson Welles
y Cole Porter, de las creaciones escénicas realizadas por el valenciano Enrique Rambal en los años 20 y de las
primeras imágenes subacuáticas filmadas por el director de cine francés Jean Painlevé.

Pese
al apabullante y variado universo de sus historias, Julio
Verne no hizo grandes viajes en su vida,
escribiendo la mayor parte de sus obras en una pequeña habitación de Amiens. Sin embargo, nunca quiso ser visto como un visionario, sino
más bien como un divulgador del conocimiento científico que
había adquirido con una meticulosidad enciclopédica.

El
contexto en el que se desarrolló la vida del autor, en el París del siglo XIX, potenció el
progreso presentado en su obra, formando parte de una generación en la que la
ciencia y la tecnología cambiaron radicalmente la concepción del mundo. 
Cierra la muestra un criptograma que recoge una cita del propio autor: ‘todo lo que una persona puede imaginar, otras pueden hacerlo realidad’.
Esta es la vocación que persigue la exposición y lo que representan las
aventuras vernianas: la conexión entre la imaginación y la realidad.