EXTRA!

En todas las familias hay personalidades que podrían
etiquetarse en una sola palabra. Nunca falta el adulador, que recuerda a todos
lo fantásticos que están hasta quedarse sin voz. Tampoco suele fallar el típico
agonías, al que la ley de Murphy le parece poco para la de desgracias que
anticipa. Y pasando por alto a los cotillas, al matrimonio perfecto o al cuñado
pelma, por suerte siempre hay alguien que saca lo mejor de cada uno, un
conciliador innato que provoca sonrisas y tranquilidad según cruza la puerta.


Eso mismo ocurre en la familia Jack Daniel’s, donde la mezcla
del whiskey original más famoso con un exquisito licor de miel hizo nacer a la
pieza más descarada y brillante de la compañía: Jack Daniel’s Tennessee Honey
,
que anima cualquier sobremesa manteniendo la receta original de la marca junto
a unos matices dulces que enamoran al primer sorbo.

Ahora que la primavera nos sube el ánimo con los rayos de sol
y las temperaturas ascienden haciendo los días más ligeros, contar para esos
encuentros con nuestros seres queridos con la complicidad de un licor cuya
textura melosa y acaramelada seduce a cualquiera es siempre una apuesta segura.

El llamativo color ámbar de su icónica botella cuadrada presenta un acierto
para los amantes de los destilados con carácter.
Los entusiastas de los detalles, aquellos que mantienen la
compostura pero embelesan a todos cada vez que abren la boca y quienes disfrutan
estimulando el sentido del gusto sabrán reconocer los matices de una bebida que
se sirve muy fría, con hielo o combinada con limonada, y se disfruta a fuego
lento.
Nada mejor que sumergirse en la singularidad de aquello que nos hace
sentir vivos. ¡Chinchín!