EXTRA!
El Centro Cultural Conde Duque recoge el encuentro de seis
parejas de fotógrafas iraníes y españolas en la exposición
‘Miradas paralelas’, dentro del ciclo Ellas Crean, dedicado a la creación femenina en todas las facetas artísticas. La conexión entre las obras acerca al espectador a
realidades que ponen de manifiesto las similitudes de la
sociedad, más allá del paso del tiempo y las diferentes
culturas. Las imágenes, respaldadas por las líneas de María Zambrano,
hacen un recorrido por los reflejos que hacen que el alma tiemble.
abierta hasta el próximo 15 de mayo, está organizada por la Asociación Cultural del Mediterráneo Occidental. La visión conjunta de los comisarios Zara Fernández de Moya y
Santiago Olmo confluye en un espacio amplio con más de
80 instantáneas que invitan al diálogo intrínseco entre sí.
Como si de un espejo se tratara, las piezas expresan las rutinas,
conflictos y celebraciones que rodean las vidas de las personas retratadas.
Los blancos y negros contrastan con los colores más vivos, así como la
fotografía y el collage se exhiben como dos disciplinas complementarias. Las diferentes parejas de fotógrafas juegan con los mismos
elementos estéticos y temática, dando su propia perspectiva al trabajo expuesto. La
polarización de sus obras ofrece al espectador la
posibilidad de contemplar las dos caras de la misma moneda.
de la mujer, las tradiciones culturales o la concepción del desierto son sólo
algunos de los aspectos abordados por las artistas. Abundan los retratos de personas anónimas, y en todas se observa la sensación de nostalgia y resignación que se
apodera del ser humano, indistintamente de su cultura o posición. La lente recoge
desde la abstracción plástica hasta la nitidez más absoluta al mismo tiempo que juega
con la profundidad y la transforma en un nuevo método de exploración del
espacio.
Cristina García Rodero y Hengameh Golestan, y Soledad Córdoba y Shadi
Ghadirian son tres de las parejas que comparten óptica. El tinte con el que impregnan cada una de las obras evidencia la intencionalidad de las mismas. Así, la familiaridad
retratada en territorio árabe por las fotógrafas iraníes se enfrenta con la
oscuridad latente en las fotografías españolas, que focalizan en el
aislamiento del hombre y en la unión ante el dolor.
‘Miradas paralelas’ centra su atención en aquellos protagonistas que convierten
sus costumbres en curiosidades dignas de ser observadas. Las historias contadas
en las imágenes, así como la conmoción y su cercanía, disponen de un carácter ético que conciencia de las
semejanzas entre individuos. El ejercicio estético desarrollado en las
tomas y el diálogo cultivado entre ellas termina por trazar una experiencia
visual que hace reflexionar acerca de lo que une a dos culturas tan (aparentemente) distintas.