EXTRA! 

Puede que la realidad social sea un concepto poco explorado en el cine contemporáneo español. Quizá porque cuando el espectador se sienta en la butaca suele aspirar a encontrar lo que le gustaría ser o tener, entre fantasías acompañadas con pinceladas de realismo con las que sentirse identificado sin liberar las heridas que guardamos por dentro. ‘¿Y
a ti quién te rescata?’, se pregunta ‘Techo y comida’, la ópera prima del director jerezano Juan Miguel del Castillo.
 Premio ASECAN a la mejor película en la decimoctava edición del Festival de Cine Español de
Málaga, 
se estrena en la cartelera española este viernes 4 de diciembre.


La trama se desarrolla en Jerez de la Frontera, una de
las ciudades españolas con mayor tasa de desempleo en el año 2012. Rocío (Natalia de Molina) es una joven desempleada que, sin ningún tipo de subsidio, intenta sacar adelante a su hijo Adrián (Jaime López), con quien vive en un piso de alquiler que no ha podido pagar
en los últimos ocho meses
, motivo por el que el propietario les acosa hasta acabar denunciándoles. Por
miedo a que el pequeño se vea aún más afectado por su situación y con la única
ayuda de su vecina María (Mariana Cordero), Rocío oculta sus circunstancias a las
personas que le rodean e intenta ganar dinero en cualquier trabajo para poder
alimentar a su hijo.

Bajo una crítica voraz a la
falta de ayudas a las personas más desfavorecidas, la producción lleva a cabo un recorrido por
la sociedad española actual, donde quedan retratadas desde la vecina cotilla hasta la cruda situación de quien lo pierde todo, pasando por la calidez de quienes siempre están para hacer de salvavidas. 
La cinta muestra la desgarradora historia de una madre coraje que
intenta huir de la miseria junto a un niño que empieza a darse cuenta de lo
que le rodea
, en una España de fútbol y pobreza donde también hay tiempo para diversas tramas secundarias.


‘Techo y comida’ es un proyecto sencillo, sin pretensiones, financiado a través de una campaña de crowdfunding, que ha
triunfado en diferentes festivales en los que ha obtenido muy buenas críticas.
Su simpleza acompaña
armoniosa a una historia que habla sin necesidad de grandes
técnicas de cámara, fotografía o guión. Un ejemplo de que menos puede ser más en el que un tema interpretado por Malena de Mateo y compuesto por Miguel Carabante se convierte en uno de los momentos más intensos de la
película, desbocando los sentimientos de la protagonista.

Si hay algo que sobresale en esta producción es, sin duda, la maravillosa interpretación de la joven Natalia de
Molina, ganadora de un Goya a mejor actriz revelación por ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’
. Partiendo de la complejidad emocional de este papel, la intérprete
 dota a su personaje de una
sensibilidad y coraje indescriptibles. Sin olvidar la sencillez que requiere su
papel, la actriz consigue expresar toda la angustia que precisa su trabajo sin caer en el dramatismo
y la búsqueda de la lágrima fácil.

Juan Miguel del Castillo rescata un
tema de actualidad que curiosamente no ha sido explotado en el cine español a pesar de su auge en los últimos años. Se trata de una muestra de lo que sucede en la vida de multitud de personas que viven en nuestro país, en nuestro barrio. Una hora y media de duración es suficiente para dejar en silencio a toda la sala al concluir la última escena. Un drama social tan duro como necesario que da voz a aquellos que nadie escucha.