EXTRA!
La importancia del enclave es indiscutible. Cuando se trata del Hotel Ritz, poco hay que decir, amén que el madrileño de a pie tirita cuando sus curiosos ojos descubren los precios que sin pudor se anuncian en el exterior. Nuestro recorrido por ‘Vinoro’ comienza en estos premonitorios aledaños. Una vez cruzado el umbral que separa la calle del lujo, la sinfonía de colores, olores, sabores y todo cuanto sea palpable por el ser humano se prepara para deleitarnos. Los vinos más premiados de España durante el 2012, también.
La ONG Mensajeros de la Paz – este es un evento de grandes contrastes- nos da la bienvenida al salón donde todo va a ocurrir. Se trata de una organización que atiende a familias en situación de necesidad económica en nuestro país y que será beneficiaria del 20% de la recaudación de este evento. Sus representantes hablan con júbilo de este vino y de aquel otro anticipándonos lo que aún no habíamos probado. Las primeras horas de la tarde exigen algo dulce y coqueto.
Al ver el expositor de Anecoop Bodegas, no cabía duda de que su espumoso de Moscatel bautizado ‘Reymos Selección’ sería nuestra particular obertura. Sorprendidos por la frescura y suavidad del vino valenciano, proseguimos la andadura por aquel festín vinícola.
El propietario de Bodegas Peñafalcón, Casimiro Marcos, se ofreció a dirigirnos en la cata de su Reserva. Un tinto que sienta cátedra gracias a sus aterciopeladas notas de frutas rojas, toffe y café en nariz; de madera y frutas concentradas en boca. Nos asegura que para la producción de sus vinos, denominación de origen (D.O.) Ribera de Duero, ‘se tira todo el tiempo que haya que estar trajinando con el tractor’ y que ‘presta el máximo cuidado a sus viñas’.
Asimismo, subraya que la mayoría de su modesta producción se vende al extranjero. ‘Tuvimos suerte de dar con un importador que ha hecho mercado en China, desplazando a muchos vinos franceses’, comenta su asesor comercial. La sencillez y el humor de Casimiro maridan francamente bien con sus declaraciones: ‘Yo es que soy de pueblo, ¿sabéis?’. Alrededor de la mesa se apostillan los que bien se pueden denominar ‘parroquianos de expositor’. Las más importantes D.O. españolas comparten público con otras menos conocidas, pero no por ello menos premiadas, como D.O. Uclés, en Castilla- La Mancha.
Como no sólo de vinos vive el hombre, la selección gastronómica que se ofrecía calmó el apetito de más de uno y suscitó a tantos otros interesantes conversaciones acerca de elaboración sin aditivos e innovación en la industria alimentaria. Cabe mencionar el trabajo de los burgaleses Umoh, que elaboran guisos sin ningún tipo de conservante, comercializados en tarros de vidrio transparente. En palabras de su representante, ‘elegimos el tarro de vidrio en vez de la lata porque sabemos que ver el producto antes de comprar es importante para el consumidor’. La carrillera de ternera, exquisita.
Una de las sensaciones de la feria fueron los nachos de morcilla de Embutidos Cardeña, que ofrecían a la vez raviolis y tierra utilizando la misma materia prima. Entre caldo y caldo, no faltaron los jamones de Beher y los quesos de La Casota. La guinda del pastel la pusieron Almazaras de la Subbética y los productos que con su aceite sucedían. Este ‘oro líquido’, tras obtener las máximas puntuaciones en diversos certámenes internacionales, ha conseguido la distinción de Mejor Aceite de Oliva del Mundo. Además de ser per se una auténtica joya – quien haya podido olerlo sabe por qué-, se utiliza como materia prima en la elaboración de las patatas fritas San Nicasio y los chocolates de Chocolate Organiko.
Estos últimos, que compartieron con muchos expositores esa manía de exportar casi todo, levantaron pasiones con su gama de chocolates, a saber tabletas, cremas y divertidos bombones. Todos sus formatos presentaban, además de los clásicos sabores, otros como flor de sal, chile o mandarina. A la salida del evento, un violinista amenizaba la estancia de los huéspedes que tomaban café y pasteles. Broche de oro para una tarde de reconciliación con el placer.