EXTRA!
El amor, la libertad, la tolerancia, la disidencia y la
alegría de vivir son cinco piezas esenciales a la hora de hablar de las
grandes producciones del teatro musical. Uno de los géneros más aclamados a
nivel mundial, nacido en Nueva York en el año 1866 con ‘The Black Crook’, ha
ido adquiriendo cada vez más peso en España, convirtiéndose la Gran Vía
madrileña en el epicentro de títulos que suponen por sí mismos un
motivo por el que visitar nuestra ciudad.
Si mezclásemos en una batidora las cinco claves con las que
abríamos el texto, sería bastante probable que obtuviésemos la base de una
pieza inspirada en la popular obra francesa ‘La Cage aux folles’, que
escribió Jean Poiret en el año 1973 y que triunfó en Broadway gracias a Jerry
Herman y Harvey Fierstein, alzándose con seis Premios Tony y permaneciendo
durante años en cartel. Con la dirección impecable de Àngel Llàcer y Manu Guix, ‘La jaula de las locas’ se abre paso sin pedir permiso, con mucho tacón, bien de
plumas y sobrado corazón.
abríamos el texto, sería bastante probable que obtuviésemos la base de una
pieza inspirada en la popular obra francesa ‘La Cage aux folles’, que
escribió Jean Poiret en el año 1973 y que triunfó en Broadway gracias a Jerry
Herman y Harvey Fierstein, alzándose con seis Premios Tony y permaneciendo
durante años en cartel. Con la dirección impecable de Àngel Llàcer y Manu Guix, ‘La jaula de las locas’ se abre paso sin pedir permiso, con mucho tacón, bien de
plumas y sobrado corazón.
Hablar de este musical, que ya se puede ver en el Teatro
Rialto – tras triunfar en el Tívoli de Barcelona, donde fue aplaudido por más
de 180.000 personas -, es hacerlo de un montaje clave en la historia del género a
la hora de afrontar sobre las tablas cuestiones socialmente sensibles, poniendo
la felicidad y la diversión por delante de aquellos que ni entienden ni quieren
entender lo que se escapa de lo normativo.
Rialto – tras triunfar en el Tívoli de Barcelona, donde fue aplaudido por más
de 180.000 personas -, es hacerlo de un montaje clave en la historia del género a
la hora de afrontar sobre las tablas cuestiones socialmente sensibles, poniendo
la felicidad y la diversión por delante de aquellos que ni entienden ni quieren
entender lo que se escapa de lo normativo.
Basándose en la versión que llegó a Broadway en el año 2010, ‘La jaula de las locas’ es un espectáculo de Nostromo Live en el que un elenco
de 22 artistas y músicos en directo se dejan la piel por hacer reír y emocionar
a partes iguales a todos los presentes. Protagonizada por el mismo Àngel Llàcer
e Ivan Labanda, la trama nos sumerge en la tranquila vida de pareja de Albin y
Georges, dos hombres que dirigen un club nocturno. Cuando Jean Michel, hijo
del segundo, aparece dando una noticia inesperada, la calma desaparece para dar
paso al miedo y a las situaciones más delirantes.
de 22 artistas y músicos en directo se dejan la piel por hacer reír y emocionar
a partes iguales a todos los presentes. Protagonizada por el mismo Àngel Llàcer
e Ivan Labanda, la trama nos sumerge en la tranquila vida de pareja de Albin y
Georges, dos hombres que dirigen un club nocturno. Cuando Jean Michel, hijo
del segundo, aparece dando una noticia inesperada, la calma desaparece para dar
paso al miedo y a las situaciones más delirantes.
El canto a la libertad individual y colectiva que realiza el
montaje, de dos horas y cuarto de duración con intermedio, llega en el momento justo a la
capital, cuando el fascismo asoma la patita – si es que alguna vez dejó de
hacerlo – y los que presumen de ser modernos les tienden la mano sin
miramientos. Por eso emocionan hasta las lágrimas y aceleran el ritmo cardiaco temas
tan viscerales como ‘Soy lo que soy’, en la que Llàcer demuestra ser mucho más
que un genio del humor, sin permitirse una sola nota desafinada en una lección
maestra de dominio escénico bajo la piel de Zazá, la transformista estrella del
cabaret de la Riviera francesa.
montaje, de dos horas y cuarto de duración con intermedio, llega en el momento justo a la
capital, cuando el fascismo asoma la patita – si es que alguna vez dejó de
hacerlo – y los que presumen de ser modernos les tienden la mano sin
miramientos. Por eso emocionan hasta las lágrimas y aceleran el ritmo cardiaco temas
tan viscerales como ‘Soy lo que soy’, en la que Llàcer demuestra ser mucho más
que un genio del humor, sin permitirse una sola nota desafinada en una lección
maestra de dominio escénico bajo la piel de Zazá, la transformista estrella del
cabaret de la Riviera francesa.
Si bien es cierto que en la primera parte abunda la danza y
la historia sólo se introduce, estallando el conflicto en la hora final, es tan
placentero ver la perfección con la que el cuerpo de baile clava cada paso
planteado por la coreógrafa Miryam Benedited que en ningún momento se hacen
pesados los números. Ningún asistente se olvidará de los momentos de
interacción con el público protagonizados por Llàcer, guinda indudable de una
producción llena de color, de esperanza y de buenas intenciones que levantaría
de su asiento a la mismísima Gloria Trevi.
la historia sólo se introduce, estallando el conflicto en la hora final, es tan
placentero ver la perfección con la que el cuerpo de baile clava cada paso
planteado por la coreógrafa Miryam Benedited que en ningún momento se hacen
pesados los números. Ningún asistente se olvidará de los momentos de
interacción con el público protagonizados por Llàcer, guinda indudable de una
producción llena de color, de esperanza y de buenas intenciones que levantaría
de su asiento a la mismísima Gloria Trevi.
Hasta 140 cambios de vestuario se suceden en un espectáculo que explota
en una segunda parte en la que no cuesta reconocer a un líder político que
muchos no queremos ver ni en nuestras peores pesadillas… No sería justo pasar
por alto el brillante trabajo interpretativo que lleva a cabo Ricky Mata, como
un desmadrado mayordomo que produce las mayores carcajadas. Los
aplausos en pie, ya en las funciones previas, anunciaron que este soplo de aire
fresco le sienta de maravilla a una Gran Vía cada vez más musical y radiante que,
incluso en los días grises, parece susurrar a quienes la recorren el mismo lema
con el que se aproxima la caída de telón definitiva en ‘La jaula de las locas’:
la vida empieza hoy. No queda otra.
en una segunda parte en la que no cuesta reconocer a un líder político que
muchos no queremos ver ni en nuestras peores pesadillas… No sería justo pasar
por alto el brillante trabajo interpretativo que lleva a cabo Ricky Mata, como
un desmadrado mayordomo que produce las mayores carcajadas. Los
aplausos en pie, ya en las funciones previas, anunciaron que este soplo de aire
fresco le sienta de maravilla a una Gran Vía cada vez más musical y radiante que,
incluso en los días grises, parece susurrar a quienes la recorren el mismo lema
con el que se aproxima la caída de telón definitiva en ‘La jaula de las locas’:
la vida empieza hoy. No queda otra.