EXTRA!
Las Vegas: esa
ciudad en medio del desierto llena de casinos donde la diversión, la avaricia y el dinero están a la orden del día. De ella siempre se ha dicho que ‘lo que pasa en Las
Vegas, se queda en Las Vegas’, y los personajes de ‘La estupidez’ se encargan de hacer lo posible para que sus hazañas, siempre en busca de unas monedas más, no atraviesen las fronteras del estado norteamericano.
El actor Fernando Soto
se pone al mando de la compañía Feelgood Teatro para dirigir la obra del argentino Rafael Spregelburd ‘La estupidez’, sobre la fragilidad de
la inteligencia en los tiempos que corren. El espectáculo forma parte de la Heptalogía de Hieronymus Bosch, un asombroso
proyecto escénico de Spregelburd que transforma en siete piezas teatrales la gran pintura ‘La mesa de los pecados capitales’, del pintor neerlandés conocido como El Bosco. ‘La estupidez’, en concreto, habla de los efectos de la avaricia en las personas.
febrero, una delirante historia interpretada por Fran Perea, Toni Acosta, Javi Coll, Ainhoa Santamaría y Javier Márquez en la que, de manera
grotesca y desmesurada, se observa la codicia y el poder del dinero como valor absoluto de
una sociedad fragmentada y obsesionada con el valor material de todo lo que le rodea.
una rápida sucesión de escenas sin relación aparente. Ya en los primeros
minutos de función se empieza a ver cómo van irrumpiendo nuevos personajes en
escena, cada uno con su propia historia. A pesar de que el montaje sólo cuenta con cinco
actores, ellos mismos se sirven para meterse en la piel de 24 personajes, asombrando al espectador con los veloces cambios de vestuario y personalidad.
texto cuenta cómo un grupo de
personas intenta hacerse rica en Las Vegas, presentando a un abanico de personajes que va de una pareja de estafadores
artísticos que quieren vender un cuadro robado antes de que se borre
por completo a un grupo de amigos que utiliza un método matemático para ganar a
la ruleta, pasando por la mafia siciliana encargada de fabricar una nueva estrella del pop o unos
policías motorizados que viven una intensa historia de traiciones. Todos ellos con historias independientes
pero con un nexo en común: el dinero.
Las Vegas, desarrollándose íntegramente en la habitación de un motel y
en sus aledaños. La estancia cuenta con una gran ventana que permite
la construcción interior y exterior de escenarios en los que los personajes actúan sin percatarse del resto de historias que se van representando.
toma otro rumbo y se empiezan a atar cabos. El público consigue organizar a los personajes con sus tramas correspondientes comprendiéndolo todo.
en la que vivimos, donde lo importante es el dinero y lo demás está de más. Una
obra caótica, divertida y frenética en la que los protagonistas hacen lo que haga falta, incluso llegar a cometer un crimen, por un puñado
de dólares. Al final va a ser cierto aquello de que la
avaricia rompe el saco.