EXTRA! 



Trabajar en lo que uno quiere es complicado. Mientras que aquellos que lo han conseguido pueden considerarse unos privilegiados, los que no
han tenido esa suerte buscan trabajos alternativos con los que ganarse la vida mientras
esperan su momento. También los hay que han perdido la ilusión por ese
empleo ideal con el que soñaban y se conforman con lo que han logrado, acomodados a
una rutinaria estabilidad.


César
Vázquez
se encuentra entre estos últimos. El que fuera un actor muy
conocido de una serie juvenil, hoy se gana la vida trabajando de taxista
. H
asta que vuelve a aparecer en su vida Laura, un antiguo amor que continúa en la profesión, pero en una rama diferente: el porno.
Atractiva e inteligente, tuvo que dedicarse a ello para pagar las facturas y,
aunque tiene éxito, su ambición es conseguir estrenar una obra de teatro que
ella misma ha escrito. Su problema es que no la toman en serio, motivo por el que 
Vázquez tratará de ayudarla y de paso volver a
encauzar su carrera como actor.

Así comienza ‘Todo sobre Vázquez’, una famosa tragicomedia de 75 minutos que se representa todos los viernes de abril, protagonizada por Ángel Caballero
en el papel de César, Nerea Garmendia como la elegante Laura, Belinda Washington como una representante egoísta y dispuesta a lo que sea con tal
de conseguir su propósito llamada Leticia y Rubén Sanz
como Pávez, un productor teatral tan
entusiasta como interesado.


La obra escrita y dirigida por el ejercitado guionista de televisión Jaime Palacios, que ya se estrenó en pequeñas salas independientes como Garaje Lumière y Sala Tú, lo hace ahora en los Teatros Luchana, un espacio multifuncional de la capital inaugurado hace apenas un año que reemplaza a los antiguos cines de nombre homónimo, incluyendo todo tipo de actividades culturales en su programación. 

Ambientada en el salón del protagonista, ‘Todo sobre Vázquez’ es una representación ligera que entretiene y sorprende en su desenlaceAunque cuenta con momentos serios y amargos, tiene más peso el humor, un elemento que potencia una manipuladora Belinda Washington, destacando una divertida escena telefónica.


El desarrollo de la obra
expone tanto la emoción de luchar por algo que se anhela hasta la parte más oscura del ser humano, entre intereses, dinero y ansias de fama. Los entresijos del mundo artístico quedan al descubierto, con las aspiraciones y sueños rotos caminando de la mano como si de una simbiosis se tratara, hasta el punto de que
 el propio Vázquez puede arrepentirse de haber dejado atrás su tranquila y monótona vida.