EXTRA!



Las expectativas eran altas. Uno de los humoristas más
queridos del país y protagonista de la película española más taquillera de la
historia (por si queda alguien que aún no lo sepa), Dani Rovira, se encargaba de presentar la gran noche del cine español con unas películas nominadas de calidad superior a las de años anteriores.
De la soberbia fotografía y
actuaciones contenidas de ‘La isla mínima’ a la excelente ‘Magical Girl’ de Carlos Vermut, pasando por éxitos de taquilla como la señalada ‘Ocho apellidos vascos’ y el
entretenido thriller de Daniel Monzón ‘El niño’.


Cuatro horas se hicieron largas para muchos de los que usaron el hashtag oficial de la 29 edición de los Premios Goya en redes sociales. Según contaba el
mismo presentador entre bastidores, el extenso discurso del presidente
de la Academia, Enrique González Macho, fue el responsable del desbarajuste en
la escaleta de la gala. A pesar de los 10 minutos que González Macho dedicó – en
buena parte – a felicitarse por los 21 millones de espectadores que fueron al
cine durante el último año, faltó una reacción más visceral ante la que por suerte
será la última visita de José Ignacio Wert, con quien el mundo de la cultura
se desangra a costa del salvaje 21% de IVA.

En lo referente a los premios, no hubo sorpresas. Arrasó la
cinta de Alberto Rodríguez, ‘La isla mínima’, con 10 Goyas, entre los que
destacan película, dirección, actor protagonista y guión original.
Se
entiende que barriera una de las películas más potentes del año en la que
un drama policíaco bien desarrollado sirve de base a una cinta absolutamente
elegante, con gran pulso narrativo y una impresionante dirección artística. Una
pena, sin embargo, que coincidiera en la misma edición con ‘Magical Girl’, que se tuvo
que conformar con el incuestionable premio a mejor actriz protagonista por la enigmática interpretación de Bárbara Lennie.

Aunque uno de los momentos más emotivos de la gala fue la
entrega del premio a mejor actor revelación a su presentador, Dani Rovira, lo
cierto es que ver conseguir más galardones a ‘Ocho apellidos vascos’ que a
producciones como la de Carlos Vermut sólo se puede calificar
de delirio académico y reconocimiento improcedente por los 9,5
millones de espectadores que vieron la simpática comedia de Emilio Martínez Lázaro.
Si bien Carmen Machi es una actriz
excepcional, no se entiende el premio por un papel menor que seguramente quede
postergado a las últimas líneas de su trayectoria. Machi recordó en su discurso
a Amparo Baró y Karra Elejalde hizo lo propio con Álex Angulo.


Sobraron las actuaciones que alargaron una gala que siguieron
más de 4,6 millones de espectadores en Televisión Española
a la que sólo le perdonamos el arranque, con rostros conocidos de la pequeña pantalla cantando
mientras un montaje de imágenes fusionaba clásicos del cine español
hasta derivar en la interpretación del mítico ‘Resistiré’ por parte de varias
generaciones de actores.

Entre los agradecimientos al recoger los premios destacaron una emocionadísima Nerea
Barros
, un reivindicativo Giovanni Maccelli llamando a la mayor producción del cine de animación y el que sin dudas fue el mejor
discurso de la noche, el del Goya de honor a Antonio Banderas. Los 12 minutos
del actor en escena fueron una clase maestra en el arte de comunicar.
Una bellísima Penélope Cruz, que minutos antes protagonizaba
una divertida escena desde su butaca con Dani Rovira, marcaba el fin de gala
con la entrega del premio gordo (mejor película) a ‘La isla mínima’, con aburrido discurso incluido del lynchiano productor. Esperemos que la cantera del cine español nos siga dando tantas alegrías.


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