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UN TORRENTE LLAMADO MIGUEL DEL ARCO

Su nombre resulta conocido para cualquier amante del teatro que tenga la más mínima noción de la cartelera española de los últimos tiempos: Miguel del Arco. Nació en Madrid en 1965 y en la actualidad está considerado uno de los artistas más polifacéticos de la escena española contemporánea.


Guionizó producciones televisivas como ‘Lalola’ o ‘La sopa boba’ antes de dar el salto a la autoría y dirección teatral, algo que llegó en 2009 cuando, junto a Aitor Tejada, fundó la productora Kamikaze, con la que montaron ‘La función por hacer’, una versión libre de ‘Seis Personajes en busca de autor’ de Pirandello, que ahora llega al madrileño Teatro de La Abadía, donde permanecerá hasta el próximo 9 de junio.


Encadenando en su historial un éxito tras otro, desde textos propios como su última obra ‘Deseo’ (Teatro Cofidis) hasta ese monólogo catártico protagonizado por una Carmen Machi que deja al público arrasado, Miguel del Arco ha triunfado en las últimas ediciones de los Premios Max de las Artes Escénicas y en la actualidad prepara el estreno de ‘Misántropo’, una versión libre sobre el original de Molière, que llegará a las tablas en octubre.


Hablando con él en la presentación de ‘La función por hacer’, Miguel nos explica que a la hora de crear la versión de Pirandello ‘la reescritura fue relativamente sencilla gracias al equipo de actores, con el que todo suena a verdad.’ Asegura, del mismo modo, que ‘la filosofía de la obra está intacta.’


‘LA FUNCIÓN POR HACER’: CRÍTICA DE UN MONTAJE DE ÉXITO
‘Menos reales y, sin embargo, más verdaderos’, reivindican con firmeza los personajes de ‘La función por hacer’ del director Miguel del Arco. Se hace el silencio y las luces se apagan en la sala José Luis Alonso del acogedor Teatro de La Abadía. El público espera expectante el inicio de la adaptación del clásico de Pirandello, ‘Seis personajes en busca de autor’.


Entran en escena dos personajes. Parecen enamorados. Hablan de arte, del sentido del arte, de su capacidad para captar la esencia de la vida. Discuten. De pronto, cuatro personajes más irrumpen en el escenario. Nos enteramos de que la pareja de enamorados no era tal, sino sólo unos actores en medio de una representación. Y, por supuesto, nosotros somos su público. Los recién llegados se vanaglorian de ser tales y de tener una historia que contar. Tras el rechazo de su autor, preguntan con ironía si hay algún otro creador en la sala.


Con una acertadísima puesta en escena que rompe la ilusión de la cuarta pared y sitúa a los personajes en una especie de cuadrilátero pugilístico desde el que todos intentaran reivindicar su papel en su propio drama, del Arco traslada a Pirandello hasta el mismo siglo XXI.


El Dolor (Manuela Paso), la Culpa (Raúl Prieto), la Intelectualidad (Israel Elejalde) y la Pasión (Teresa Hurtado de Ory) se mezclan con la Falsedad de los actores, la Pasividad del público y la Hipocresía de toda sociedad.


‘La función por hacer’ es una tragicomedia filosófica que invita constantemente al espectador a reflexionar sobre sí mismo y sobre el sentido de la vida. Hay personajes que son alguien porque tienen un objetivo en la vida, unos pasos a seguir, un trayecto que cumplir y del que no pueden escapar. Sin embargo, hay tantas personas que no son nadie… ‘Menos reales y sin embargo más verdaderos’.


¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Los versos de Calderón de la Barca que acuden a nuestra mente al finalizar la representación nos los susurran los personajes durante toda la obra.


Los aplausos resuenan en la intimidad de la pequeña sala mientras respiramos por última vez a esos personajes, que ahora son actores y que en unos instantes volverán a ser personas.


Crítica de Belén Calvin.
Introducción e imágenes de David Molina.