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‘Yo, de mayor, quiero ser un gran mago’, asegura
un niño vestido de forma elegante encargado de presentar el espectáculo ‘Grandes Premios de la Magia’ en el madrileño Teatro Circo Price. Se trata de la cuarta edición del Festival Internacional de Magia, dirigido por el ilusionista Jorge Blass.
Hasta que comienza la función, magos con
chistera repartidos por todo el teatro amenizan la espera haciendo trucos sorprendentes a
los asistentes.
Una vez se inicia el espectáculo y, tras una breve introducción en la
historia del ilusionismo, el potencial mago muestra al público sus
referentes y cómo se esfuerza  por
conseguir su propósito.
Los participantes son los últimos premios mundiales de magia, que se intercalan durante la
representación para actuar. En algunos casos, repitiendo aparición pero con
distintos números. La buena
ambientación, tanto sonora como visual, se adecua a cada una de las actuaciones
y ayuda a mantener el alto nivel de la producción.
Magic Unlimited es un trío holandés compuesto
por dos hombres y una mujer cuya especialidad es hacer levitar objetos y sorprender con la desaparición, de manera divertida y con ritmo, de otros elementos. El
prestidigitador español Charlie Mag
entra en escena con una música enérgica que se acompasa a sus movimientos
mientras hace surgir palomas de su misteriosa figura.
La pareja estadounidense
Scott y Muriel optan por la comedia
en su número, con papeles de mago y azafata respectivamente, algo torpes, que
no parece que vayan a realizar con acierto sus trucos.


El popular Jorge Blass, envuelto en música suave, destruye y recompone a su antojo
una cuerda que, iluminada en la oscuridad, aumenta la sensación de misterio.
El director del festival protagoniza momentos divertidos, con
guiños a la actualidad, y realiza uno de los números más
impresionantes.
Norbert Ferré, de origen francés, demuestra
su capacidad para imitar sonidos con toques de comedia, así como su habilidad
con las manos, jugando con tradicionales cartas y bolas, pero introduciendo un detalle
sorpresa con el que deja al público boquiabierto. No podía faltar un payaso, el coreano Ted Kim. Con vistosos y coloridos
elementos visuales sobre su uniforme y los objetos que le acompañan en escena, cautiva a niños y mayores. Una actuación llena de fantasía y cierta nostalgia
para los adultos, que reconocerán rápidamente imágenes y sintonías.

La gala, que roza las dos horas de
duración, tiene un ritmo ágil y mantiene la atención del público en todo
momento.
‘Grandes Premios de la Magia’ permanecerá en cartel hasta el próximo 9 de marzo, convirtiéndose en una más que recomendable oportunidad
para dejarse llevar por el poder de la ilusión.