EXTRA!

Las fotografías son simples instantes que
permanecen en nuestra retina durante mucho tiempo. Un impacto que a veces,
incluso, es difícil de olvidar. Sobre esta idea nace la propia esencia del
fotoperiodismo, que contribuye a que se produzcan cambios a nuestro alrededor,
acercándonos a mundos nuevos, realidades desconocidas e injusticias sociales
que suceden a diario y de las que apenas somos conscientes.
permanecen en nuestra retina durante mucho tiempo. Un impacto que a veces,
incluso, es difícil de olvidar. Sobre esta idea nace la propia esencia del
fotoperiodismo, que contribuye a que se produzcan cambios a nuestro alrededor,
acercándonos a mundos nuevos, realidades desconocidas e injusticias sociales
que suceden a diario y de las que apenas somos conscientes.
‘No me llames fotógrafo de guerra’, el
último documental de Canal+, que se estrenó el pasado miércoles 9 de julio, rinde homenaje a la profesión del fotoperiodista a través de figuras
como Samuel Aranda, Sandra
Balsells, Emilio Morenatti, Álvaro Ybarra Zavala, Manu Brabo, Fernando Moleres
y Moisés Samán. Expertos que han conseguido un gran prestigio
internacional y que han trabajado en escenarios tan conflictivos como las
guerras de Irak, Afganistán y Siria, los disturbios de Ucrania o lugares donde
la violencia es pan de cada día, como en Venezuela y Colombia.
último documental de Canal+, que se estrenó el pasado miércoles 9 de julio, rinde homenaje a la profesión del fotoperiodista a través de figuras
como Samuel Aranda, Sandra
Balsells, Emilio Morenatti, Álvaro Ybarra Zavala, Manu Brabo, Fernando Moleres
y Moisés Samán. Expertos que han conseguido un gran prestigio
internacional y que han trabajado en escenarios tan conflictivos como las
guerras de Irak, Afganistán y Siria, los disturbios de Ucrania o lugares donde
la violencia es pan de cada día, como en Venezuela y Colombia.
El
documental parte de la experiencia del catalán Samuel Aranda, premiado en 2012 con uno de los galardones más
importantes del mundo, el World Press Photo. Bajo el escenario que ofrece la primavera árabe, entre
manifestantes, disparos y tanques, la imagen de una madre emocionada al
encontrar a su hijo a las puertas de la muerte le abrió el campo a un nuevo
futuro profesional. Desde este punto, el
metraje deja una huella invisible sobre la eterna pregunta del fotoperiodismo:
¿oportunismo o denuncia?
documental parte de la experiencia del catalán Samuel Aranda, premiado en 2012 con uno de los galardones más
importantes del mundo, el World Press Photo. Bajo el escenario que ofrece la primavera árabe, entre
manifestantes, disparos y tanques, la imagen de una madre emocionada al
encontrar a su hijo a las puertas de la muerte le abrió el campo a un nuevo
futuro profesional. Desde este punto, el
metraje deja una huella invisible sobre la eterna pregunta del fotoperiodismo:
¿oportunismo o denuncia?
Independientemente
de este tipo de cuestiones a las que parece no prestar demasiada atención, el proyecto muestra el testimonio
de experiencias y sentimientos que los fotógrafos viven de primera mano y a
la sombra de los medios de comunicación, como en el caso de España, en
donde la mayor parte se ven forzados a buscarse la vida
en el extranjero. Son pocos los medios nacionales que apuestan por contar los
sucesos que ocurren a nivel internacional. Se usa el argumento de que no hay
dinero, pero es más bien una cuestión de priorizar la información, tal y como
señala la fotoperiodista catalana Sandra
Ballels.

de este tipo de cuestiones a las que parece no prestar demasiada atención, el proyecto muestra el testimonio
de experiencias y sentimientos que los fotógrafos viven de primera mano y a
la sombra de los medios de comunicación, como en el caso de España, en
donde la mayor parte se ven forzados a buscarse la vida
en el extranjero. Son pocos los medios nacionales que apuestan por contar los
sucesos que ocurren a nivel internacional. Se usa el argumento de que no hay
dinero, pero es más bien una cuestión de priorizar la información, tal y como
señala la fotoperiodista catalana Sandra
Ballels.

Las
cámaras del equipo de Canal+ también
acompañan a los vascos Ybarra Zavala y Moreles en sus andanzas por Venezuela
y Sierra Leona. El primero de ellos persiguiendo conflictos
olvidados por los medios, mientras que Fernando
explica emocionado su labor en Free Minor Africa, una ONG centrada en la reinserción de los jóvenes que han
pasado por la cárcel en uno de los países más pobres del mundo.
cámaras del equipo de Canal+ también
acompañan a los vascos Ybarra Zavala y Moreles en sus andanzas por Venezuela
y Sierra Leona. El primero de ellos persiguiendo conflictos
olvidados por los medios, mientras que Fernando
explica emocionado su labor en Free Minor Africa, una ONG centrada en la reinserción de los jóvenes que han
pasado por la cárcel en uno de los países más pobres del mundo.
‘No me llames fotógrafo de guerra’ define
una profesión poco reconocida, deshecha los estereotipos divulgados y muestra
el rostro de quienes están detrás de las cámaras, de aquellos que son testigos directos
del terror y la violencia social. No sólo quedan plasmadas sus vivencias, sino
también lo que sienten ante cada suceso, lo que piensan cada vez que llegan
sanos y salvos a sus casas o la soledad a la que va unida su labor.
una profesión poco reconocida, deshecha los estereotipos divulgados y muestra
el rostro de quienes están detrás de las cámaras, de aquellos que son testigos directos
del terror y la violencia social. No sólo quedan plasmadas sus vivencias, sino
también lo que sienten ante cada suceso, lo que piensan cada vez que llegan
sanos y salvos a sus casas o la soledad a la que va unida su labor.
La
pasión, el miedo, la adrenalina, las ganas de vivir aventuras, las injusticias y las culturas desconocidas se convierten en alicientes para unos profesionales que llevan a cuestas el dolor por la perdida de compañeros de andanzas como consecuencia de arriesgar su vida cada día para hacernos
llegar la verdad.
pasión, el miedo, la adrenalina, las ganas de vivir aventuras, las injusticias y las culturas desconocidas se convierten en alicientes para unos profesionales que llevan a cuestas el dolor por la perdida de compañeros de andanzas como consecuencia de arriesgar su vida cada día para hacernos
llegar la verdad.