La línea que separa la realidad de los sueños es
tan fina que en ocasiones llega a serpentear jugando con el efecto que induce
su confusión. La reinterpretación y reconstrucción onírica toman el
protagonismo y presentan ‘Todo parecía perfecto’, el primer
largometraje del director español Alejo Levis. En la cinta, el subconsciente traspasa las
fronteras de la ilusión y se materializa de forma tangible en los deseos más
ocultos del ser humano.
Un hombre sin nombre sueña que conoce a la chica
perfecta. Al despertar, se da cuenta de que sólo ha sido producto de su
imaginación. Para tratar de recuperarla, reconstruye el momento en que la
conoció e invoca su presencia, provocando al destino y burlándose de las
casualidades. Su idealizada historia de amor se desmorona cuando viola la intimidad de la chica e intenta convertir en realidad sus sueños.
Jordi Rico y Andrea Trepat protagonizan un vaivén de emociones que oscilan entre el sosiego y el arrebato. Disfrutando de
las ventajas del anonimato y transmitiendo la frescura de las interpretaciones
noveles, los actores despliegan dosis de emoción y alegría,
recreando un ambiente digno de cualquier atmósfera de cine independiente.
Alejo Levis escribe el guión de una película que
podría ubicarse a medio camino entre el realismo mágico y la nouvelle vague.
Encubre el raciocinio y lo esconde bajo la falacia de los imprevistos. El
estudio de las oportunidades y el canto a la felicidad cobra veracidad en un
ambiente tan confuso como bien articulado en el que el director catalán maneja
a su antojo la línea del espacio lógico temporal.
El surrealismo y la comicidad se amparan bajo el
lema de que ‘si se ve el truco, se pierde la magia’, evadiendo determinadas
incoherencias de guión que predican con el despiste. Alejándose así de la
premisa clásica de principio, nudo y desenlace, se genera una historia paralela
en la que fantasía y realidad se funden y no importan las
contradicciones.
El ambiente del film, conseguido gracias a un
delicado uso de la fotografía y un alegre contraste de colores, consigue
definir la autoría de Levis. Mezclado con una banda sonora
que aúna a diferentes compositores de free jazz catalanes, el proyecto se
concreta como un ejercicio estético inconcluso que juega con el
subconsciente del espectador.
Escudada bajo el sello de las
pequeñas producciones, ‘Todo parecía perfecto’ se convierte en un retrato
inexplicablemente equilibrado entre minimalismo, belleza y guión. Jugueteando
con los trucos de cámara y los giros de guión, la película podría definirse
como una de esas pequeñas joyas del Atlántida Film Fest que no terminan de
resplandecer pese a su leve brillo artístico. En ocasiones, dejarse llevar
por los sueños implica dejar demasiadas incógnitas sin resolver. 5/10.