EXTRA!

‘MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo’ es un monólogo que cuelga el cartel de entradas agotadas cada semana en Nave 73, partiendo de la historia de un español llamado Manuel Díaz Barranco que luchó en
el bando republicano durante la Guerra Civil española, huyendo por Francia y pasando por el campo de refugiados de Argelès-sur-Mer, para acabar en el campo de concentración de
Mauthausen hasta el día de su liberación, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Un hombre que dejó
grabado su testimonio en unas entrevistas que le realizaron dos estudiantes de
periodismo y que son la base del montaje, escrito y dirigido por Pilar G. Almansa.

La gran
protagonista de esta propuesta es la actriz Inma González, que se mete en la piel de su propio abuelo. Se acerca al espectador a través del
humor, escapando del dramatismo que un tema como este lleva implícito y con una
fuerza escénica admirable. Parece claro que refleja el modo en el que su abuelo
Manuel afrontaba estas vivencias. El tono desenfadado y rebajado de emotividad,
claramente intencionado, es un acierto de la obra y la distingue de otras que
intentan recurrir a este recurso para explicar este terrible apartado de la
historia europea del siglo XX. González realiza un trabajo impecable, siendo sus
movimientos y sus cambios de registro el plato
fuerte de la pieza.

Otro de los
aciertos de la producción es la escenografía y los recursos dramáticos utilizados
para representar al resto de compañeros que, como Manuel, vivieron en sus
carnes el terror desarrollado en el campo de concentración nazi. Con sencillez, los elementos dispuestos sobre el escenario (poco más que unos
zapatos, una escalera, dos postes de madera y una mesa) y el juego de
luces transmiten la magnitud del cautiverio, de los
trabajos forzados, las torturas y las matanzas de mejor manera que un texto lineal, descriptivo y monótono en ocasiones.

Debido a los
grandes elogios que está recibiendo la pieza, las expectativas pueden jugar en contra de los que acudan con ganas de más a ver una propuesta recomendable que no llega a ser redonda, con un material que podría dar para mucho más de lo que se consigue en escena.

El interés de
la obra radica en la veracidad del contenido, la sinceridad del relato y la
interpretación de Inma González. Nunca es tiempo perdido dedicar algo más de una hora
a recordar a quienes lucharon en nuestra Guerra Civil del lado de un
gobierno legítimo y que acabaron exiliados, deportados, en campos de
concentración y sin su merecido reconocimiento y
compensación a día de hoy por parte del Estado.

Nominada a los Premios Max como Mejor autoría revelación, categoría en la que finalmente venció ‘Iphigenia en Vallecas’, ‘MAUTHAUSEN. La voz de mi abuelo’ permanecerá en cartel los sábados
de junio en Nave 73, siendo estas las últimas funciones de la temporada.