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Nacionsushi en Madrid



Nació en Panamá en el año 2013 y ya ha
conquistado el barrio más exclusivo de Madrid. Se llama Nacionsushi y en una
sola visita se han convertido en el restaurante que recomendamos a todo aquel
que busca un rincón especial en Velázquez
, sin que eso implique un gasto
excesivo (precio medio, 20 euros por persona). Combinando con maestría los
ingredientes del sudeste asiático, hablar de Nacionsushi es hacerlo de una mezcla
explosiva de bocados de Japón, Vietnam, Tailandia y China.


Que en apenas seis años cuenten
con 26 establecimientos repartidos por todo el mundo no es casualidad.
Aunque
para probar sus platos en España hubo que esperar hasta el 2018, con una
primera apertura en Valencia, la espera ha merecido la pena. Por muchos
restaurantes que tenga la capital, cuando encontramos uno que presenta un
concepto rompedor nos sentimos auténticos privilegiados. Y eso ha vuelto a
ocurrir en Velázquez, 27, donde se encuentra un local que abre (y conquista) de
lunes a domingos de 13.00 a 00.00 h.

Lo primero que uno observa al
cruzar las puertas de Nacionsushi es que se trata de un lugar repleto de
colores vibrantes que definen la personalidad de un espacio
con zonas claramente diferenciadas.
Un comedor principal con mesas decoradas
con sellos de diferentes países es la primera opción, aunque si acudes en grupo,
el Comedor Vietnam, repleto de mesas y sillas altas, será tu sitio. Bien
moderno es el Callejón Tokio, con letreros luminosos, murales y lámparas de colores,
mientras que el Thai Lounge funde a los visitantes con la naturaleza y los
símbolos tailandeses. ¡Y aún queda lo más divertido! La Nación de los Niños,
una zona infantil con pantallas interactivas pensada para que los pequeños se
entretengan si se alarga la sobremesa.

Si la estética impresiona, prepárate para el tamaño de sus raciones. Y es que si hay algo que caracteriza
la carta de Nacionsushi son sus más de 30 rollos de 10 piezas de sushi. Con una
medida ideal para compartir y unos ingredientes comprados en mercados locales y
cocinados en el propio restaurante, te costará decantarte por uno. Entre los
más recomendados por el equipo (excelente servicio, sin apenas espera entre
platos) están el Roll Roys, el Godzila y el Soy Nacion. Todos ellos con
una combinación de sabores pensada al detalle.

Sushi XL en Nacionsushi

No hay que pasar por alto los entrantes, donde es posible encontrar recetas actualizadas cuya
tropicalización tiene mucho que ver con la experiencia de sus creadores
,
amantes de la gastronomía que te harán chuparte los dedos con sus enrollados,
pizzas de sushi (has leído bien), gyozas, satays, ensaladas, baos o tempuras.
Las opciones son interminables, pero tenemos que recomendar el plato con el que
nosotros abrimos boca, un fantástico y crujiente plátano tempura acompañado de la denominada salsa nación (receta de la casa) que nos hizo ver
el nivel de exigencia en las elaboraciones, con toques diferenciadores que es mejor
descubrir por uno mismo.

Los vegetarianos podrán comer
variado e ir más allá de las sabrosas ensaladas
, aunque en la mesa de al lado
se chupaban los dedos con la de algas con tofu y aguacate. En los días de frío,
sopas como la miso nación o la okigai de mariscos mixtos salteados con
vegetales frescos te harán sentir como en casa. Platos fuertes son sus phad
thais
, los teriyakis o los clásicos stir
fry
, con distintas carnes salteadas y opciones picantes para los más
atrevidos.

Al final de su extensa carta (32 páginas en total) encontrarás dos joyas: por un lado, los zumos naturales de
exóticas combinaciones de frutas con los que los comensales habituales
acompañan sus comilonas y, por otro, una selección de postres con un wonton de
queso y dulce de leche con helado que te quitará el sentido.
Las cervezas asiáticas
(tienen la Kirin y la Sapporo) son tendencia entre los habituales que saben que acudir a Nacionsushi sin reservar es jugársela. Por cierto, el contenido
precio de su coctelería (clásicos como la Margarita o el Dry Martini, por siete
euros) te invitará a brindar antes de dejar un local al que seguramente cojas cariño. ¡Recuerda quién te lo descubrió!