EXTRA!
Bong Joon-Ho dirige 'Parásitos'



Primero
fue un profesor con ganas de deshacerse de un molesto perro. Después, el crimen más popular perpetrado en Corea del Sur. Más tarde, un despiadado monstruo se apoderó del río Han y sembró el
pánico en Seúl. En pleno fervor fantástico, tuvimos que ser testigos del desgarrador testimonio de una madre soltera y su hijo discapacitado inculpado de un terrible asesinato. El
futuro apocalíptico nos esperaba durante un viaje en tren que escondía una
fuerte crítica social y, cuando parecía todo perdido, apareció un entrañable cerdo gigante que una niña quiso proteger a toda costa. La filmografía del
cineasta surcoreano Bong Joon-Ho nos ha hecho experimentar el extremismo a
todos los niveles
‘Parásitos’, que se estrenó en la cartelera española el pasado viernes 25 de
octubre en la cartelera española, no iba a ser diferente.


La
Palma de Oro otorgada a la cinta en la  última edición del Festival
de Cannes ha sido merecida, lo mismo que el reciente Globo de Oro a la mejor película extranjera, tras lo que el film ha hecho historia en los Oscar al lograr los galardones a la mejor película, dirección, guion original y película internacional.
Por fin se da reconocimiento a uno
de los grandes directores que han formado parte del nuevo cine surcoreano y a una cinematografía oculta durante décadas que, desde hace poco más
de 20 años, nos ha hecho disfrutar de nuevas experiencias. ‘Parásitos’ es un
ejemplo más de las joyas que se esconden tras este cine, del esfuerzo y
profesionalidad de una industria que actualmente se encuentra entre las mayores
productoras de películas del mundo.



La
familia Kim, compuesta por Ki-Taek (Song Kang-Ho), Chung-Sook (Jang Hye-Jin),
Ki-Woo (Choi Woo-Sik) y Ki-Jung (Park So-Dam), viven en un semisótano sumidos
en la extrema pobreza.
Sobreviven cada día a duras penas hasta que Min (Park
Seo-Joon
), amigo de Ki-Woo, le abre las puertas a una nueva oportunidad de
resurgir de las cenizas: trabajar para la familia
Park como profesor
particular. Su carisma y astucia convierten todas las mentiras en verdades,
permitiéndole acceder a una casa imponente, algo con lo que sueña
constantemente y que espera conseguir en un futuro. Este es el inicio de una nueva
etapa en una lucha por la supervivencia donde la necesidad está
por encima de todo, ¿pero dónde está el límite?
'Parásitos' en la gran pantalla

Bong
aprovecha las dos horas de metraje con una historia que combina el
drama en el que se ven sumergidos sus protagonistas, dosis de un humor negro
sumamente inteligente y bien dosificado e instantes de pura tensión.
Sin
embargo, una vez que nos hemos acomodado en la butaca, hemos reído y se nos ha
acelerado el corazón, el cineasta  ofrece varios giros sorpresivos para sacarnos de la zona de confort en la que nos
habíamos instalado. Hasta el último minuto el público permanece expectante ante una resolución que devuelva la lógica a un descontrol que ha
desfilado en pantalla como un huracán que devasta todo a su
paso.

El
actor Song Kang-Ho demuestra de nuevo que su popularidad está sobradamente
justificada después de haber trabajado con los cineastas surcoreanos más
importantes.
A él se suma un reparto a la altura, desde jóvenes promesas como 
Choi Woo-Sik y Park So-Dam, que poco a poco van desplegando su talento en el cine
comercial surcoreano; al siempre carismático
Lee Sun-Kyun y la multifacética Jo
Yeo-Jeong
 e, incluso, el grato descubrimiento de Jang Hye-Jin. A este
equipo se suma el director de fotografía
Hong Kyung-Pyo, habitual en las obras
de
Bong y artífice de la reconocida labor que llevó a cabo en
el
thriller ‘El extraño’ o la indispensable ‘Burning’.

Tras ‘Parásitos’ queda un poso sumamente amargo. ¿Nos hemos reído con cada uno de los
personajes o las carcajadas han venido provocadas por sus desgracias?

Sea lo que fuere, un extraño arrepentimiento se fusiona con la
crueldad explícita de la cinta. El drama social sobre el que se acomoda la
última obra de Bong Joon-Ho rezuma una tremenda brutalidad, una crítica
incisiva al clasismo, a la superficialidad, a la frialdad y la falta de
empatía, a la sociedad actual, a la esencia misma del ser humano. Sin duda,
cualquier idea desarrollada en la narración termina siendo tajante y surte un
mayor efecto del esperado, impactando de una forma sumamente
afilada.