EXTRA!
Nuestras
calles silencian sistemáticamente la presencia de la mujer en los
espacios públicos. Si bien es obvio que a lo largo de la historia las mujeres
han sido ninguneadas y apartadas de los espacios de
poder, incluso se ha
borrado cualquier indicio de sus huellas en aquellos reductos en los que llegaron a adquirir cierto protagonismo. Este es el caso de lugares
como los espacios de agua, los mercados, las iglesias o las fábricas de trabajos feminizados.
Para
reivindicar una historia menos patriarcal que desmonte mitos, han
surgido diferentes movimientos y organizaciones que, por un lado, han realizado
investigaciones en los temas que les ocupan y, por otro, se dedican a compartir
sus conocimientos con todos y todas aquellas que quieren escucharles. Es el
caso de Herstóricas,
un grupo de mujeres con formación multidisciplinar que promueve la
participación, el debate y el pensamiento crítico a través de paseos
feministas temáticos por las calles de Madrid. ‘En busca de las madrileñas: espacios comunes’, ‘Las Herstóricas del cementerio civil’, ‘Les-Bis en Madrid’ y ‘Castizas y verbeneras’ son algunos de
los asuntos elegidos para abordar esta labor de buceo en la documentación y
recuperación de la memoria.
Una
anécdota recuperada: a finales del siglo XIX, en Madrid, se intentaron subir
las tasas a las verduleras que vendían sus productos en los mercados. La
rebelión y el enfrentamiento con la policía y las autoridades fue tal que tuvieron que echarse atrás. ¿Alguien había oído hablar de ellas, de su lucha y
especialmente de su victoria? Siendo mujeres y vencedoras de un conflicto
social como aquel, entendemos el silenciamiento. Pero, en realidad, merecerían
un monumento.
Otros
recorridos interesantes son los organizados en museos como el Prado,
en el que se anima a ir ‘Repensando a las mujeres en el arte’. En esta visita se reflexiona acerca
del papel de la mujer en la obra de artistas varones, pasando por las
connotaciones de lo femenino y la invisibilización de autoras y pintoras, tanto
en los tiempos en los que vivieron como actualmente mediante su ocultación. Un trabajo guiado que conecta las reivindicaciones actuales con aquellas que ya existían hace cientos de años.
Además
de las promotoras del colectivo Herstóricas, hemos podido conocer otras
iniciativas con un objetivo relacionado y resultados similares: poner la
historia (o historias) de la mujer encima de la mesa, a la vista de todas, y
plantearnos de dónde venimos y qué futuro nos espera. Una de ellas es La Liminal, un colectivo de mediación cultural que surge del deseo de convertir los discursos
y espacios de legitimación en lugares de cuestionamiento, ofreciendo un recorrido por La Tabacalera y Lavapiés para conocer a las cigarreras
y su silenciada historia.
Las
cigarreras conformaban un grupo de trabajadoras con una gran conciencia de
clase y mucha historia de lucha social. Sin duda, el olvido ha
sido la mejor estrategia para evitar la inspiración colectiva y feminista que
su lucha pudieran inocular en todas aquellas sucesoras. Sin embargo, quedan
algunos rastros de su presencia, y las promotoras de La Liminal se los cuentan
a todas aquellas personas que quieran compartir dos horas de paseo con ellas. Destruyen
el discurso hegemónico, cuestionan la elección de los
homenajeados en las calles de nuestra ciudad y exponen el motivo de la desaparición de las otras protagonistas.
La
invisibilización de la mujer en los relatos, en las instituciones, en la
ficción y en cualquier otro ámbito ha surtido su efecto en la manera en la que
hemos configurado la sociedad y en nuestra forma de relacionarnos. Por eso es más
necesario que nunca recuperar las calles, hacerse notar y que las mujeres
escribamos nuestra propia historia. Como demuestra la asistencia a cualquiera de estos paseos, son muchas las personas que desean escucharnos.