EXTRA!

Como una nuez que se abre en dos
pedazos, ‘Las plantas’, de Pablo Messiez, incide en el marasmo del espectador
hasta colocarlo en el terreno de las emociones. Esta intimista obra, de la que el
argentino es autor y director, tendrá su última representación el domingo 1 de junio en el Centro de Nuevos Creadores de Madrid, dentro del ciclo dedicado al prestigioso autor.
pedazos, ‘Las plantas’, de Pablo Messiez, incide en el marasmo del espectador
hasta colocarlo en el terreno de las emociones. Esta intimista obra, de la que el
argentino es autor y director, tendrá su última representación el domingo 1 de junio en el Centro de Nuevos Creadores de Madrid, dentro del ciclo dedicado al prestigioso autor.
El reto interpretativo de
Estefanía de los Santos alude a los altibajos emocionales del personaje
protagonista, único en la función, que la llevan a moverse de lo agrio a lo
dulce en un corto espacio de tiempo. La actriz posee la
suficiente maleabilidad sobre las tablas como para encarnar este papel, caracterizado por la
inestabilidad emocional de una mujer que decide hablar a sus plantas para sentirse menos
sola.
Estefanía de los Santos alude a los altibajos emocionales del personaje
protagonista, único en la función, que la llevan a moverse de lo agrio a lo
dulce en un corto espacio de tiempo. La actriz posee la
suficiente maleabilidad sobre las tablas como para encarnar este papel, caracterizado por la
inestabilidad emocional de una mujer que decide hablar a sus plantas para sentirse menos
sola.
La soledad, la pena y la sociedad son los antagonistas de Alicia, una mujer que cada mañana busca el motivo por
el que levantarse de la cama, aunque a veces no lo encuentre. Este personaje
sufrido pero inocente, con sentido del humor, conecta con una parte de nosotros
que con facilidad se tiende a esconder, representando lo que
pensamos, sentimos y hacemos cuando nadie nos ve.
el que levantarse de la cama, aunque a veces no lo encuentre. Este personaje
sufrido pero inocente, con sentido del humor, conecta con una parte de nosotros
que con facilidad se tiende a esconder, representando lo que
pensamos, sentimos y hacemos cuando nadie nos ve.

El montaje cuenta con una escenografía realista y cuidada, llena de plantas y objetos que no hacen más que describir al personaje. La dirección de Messiez destaca por la importancia otorgada a los
detalles, esenciales en la producción y en la totalidad de su teatro. No es
casualidad que el espectáculo comience con el ‘Common people’ de Pulp, cuyo
estribillo insiste en preguntarse si de verdad queremos vivir como gente
corriente, apelando a aquello que nos
distingue a los unos de los otros.
detalles, esenciales en la producción y en la totalidad de su teatro. No es
casualidad que el espectáculo comience con el ‘Common people’ de Pulp, cuyo
estribillo insiste en preguntarse si de verdad queremos vivir como gente
corriente, apelando a aquello que nos
distingue a los unos de los otros.
El texto del creador argentino es un regalo
para los oídos, un monólogo cargado de imágenes con vocación poética que no
puede ocultar sus influencias lorquianas. La puesta en escena sorprende con
recursos inesperados que dinamizan la función. El resultado, en la línea
del director, configura un espectáculo libre, orgánico e instintivo que no deja indiferente.
para los oídos, un monólogo cargado de imágenes con vocación poética que no
puede ocultar sus influencias lorquianas. La puesta en escena sorprende con
recursos inesperados que dinamizan la función. El resultado, en la línea
del director, configura un espectáculo libre, orgánico e instintivo que no deja indiferente.