EXTRA!
Rosendo en el Festival Cultura Inquieta



Se apaga la música de
ambiente. Un rumor recorre el recinto y aparece su silueta con melena
al aire flanqueada por sus compañeros de fatigas. Rosendo Mercado
coge la guitarra, se planta delante del micrófono y
empieza a disparar rock ‘n’ roll a ritmo de ametralladora. Así es cada concierto
del maestro de Carabanchel y así fue la pasada noche del viernes 30 de junio en el Polideportivo San Isidro de Getafe,
donde se lleva a cabo la octava edición del Festival Cultura Inquieta.


A Rosendo le sobran
kilómetros y acordes, pero parece que a quienes les corre el rock por las venas nunca tienen suficiente.
A sus 63 años publica un nuevo disco, ‘De escaldes y trincheras’, eligiendo el festival madrileño para comenzar a presentarlo. Diez canciones inéditas sirven al guitarrista para levantar la voz contra lo de siempre y los
de siempre, demostrando que aún tiene buenas letras para incordiar
mientras le dejen.

Ante una audiencia
entregada tras entrar en calor con Desvariados
y su ‘Café Caimán’, Rosendo presentó
algunos de sus nuevos temas, como ‘Soy’ o ‘¡Qué bufonada!’, donde rescata su
vena más blusera, en la que muestra la profunda comunión que mantiene con los orígenes del rock. También sonaron algunas piezas de la
última década que ya se han convertido en sospechosos habituales en sus giras, como ‘Date por disimulao’ o ‘Amaina tempestad’.

Rosendo en Getafe

Pero, sin duda, cuando todos
vibran es cuando el trío incombustible que forman Rosendo, Rafa Vega y Mariano Montero
se remonta atrás en el tiempo
y resuenan las notas de los antiguos trabajos del
rockero madrileño por excelencia, como ‘Masculino
singular’ 
o ‘Flojos de pantalón’,
que los asistentes corearon a voz en cuello. Tampoco se olvidó del mítico grupo que abanderó en los primeros años 80, Leño, rescatando ‘¡Qué desilusión!’ además del imprescindible ‘Maneras
de vivir’
, con el que acostumbra a cerrar sus actuaciones.

Es un hecho que el género aún goza de buena salud y que los grandes rockeros españoles también. La injusticia social, los anhelos y los obstáculos de la
vida en los suburbios de la gran ciudad continúan en el 
ADN musical del
guitarrista carabanchelero
, que sigue sin ganas de que le coloquen en barbecho.
Y a juzgar por la energía que circulaba la pasada noche, sus seguidores tampoco
tienen intención de que eso ocurra.
Alargó la noche Burning,
coetáneos del Leño de Rosendo pero más alejados del rock
urbano. Johnny Cifuentes demostró
que pese a la ausencia de Toño Martín
y Risi ha logrado mantener en forma
a la banda todos estos años y aún es capaz de sacar lo mejor de su sonido más
clásico. Los hermanos valencianos Tormo, que se sitúan a la cabeza de Los Zigarros, cerraron la jornada. Un acierto la noche que Cultura
Inquieta
dedicó al rock, quedando claro que ni los viejos rockeros
mueren ni hay que dar al
rock por vencido antes de tiempo.