EXTRA!
Perder la concentración en la
conversación por el impacto de un sabor en el paladar es uno de los
mayores trucos que puede provocar un buen plato. Masticar despacio un alimento,
conectar con las sensaciones que un bocado produce y poner a trabajar la
memoria gustativa son acciones que el comensal puede poner en práctica cuando
disfruta de la deliciosa oferta gastronómica que acoge la ciudad de Madrid.
En medio del Paseo de la
Castellana sobresale un restaurante con alma de brasserie internacional. Abierto (de forma ininterrumpida) desde
las 10.00 hasta las 02.30 h. de la madrugada, Punk Bach toma el corazón de la
ciudad para presentar una oferta basada en la fusión de la modernidad y la
cercanía mediante una carta de inspiración vasca con propuestas atractivas que
se pueden consumir, si así lo prefiere el comensal, en medias raciones. Detrás
de este proyecto se encuentra la pasión del joyero Emiliano Suárez en compañía de sus
socios José Gabriel Blanco y Juan Ramos, con amplia trayectoria en el
mundo de la restauración.
Castellana sobresale un restaurante con alma de brasserie internacional. Abierto (de forma ininterrumpida) desde
las 10.00 hasta las 02.30 h. de la madrugada, Punk Bach toma el corazón de la
ciudad para presentar una oferta basada en la fusión de la modernidad y la
cercanía mediante una carta de inspiración vasca con propuestas atractivas que
se pueden consumir, si así lo prefiere el comensal, en medias raciones. Detrás
de este proyecto se encuentra la pasión del joyero Emiliano Suárez en compañía de sus
socios José Gabriel Blanco y Juan Ramos, con amplia trayectoria en el
mundo de la restauración.
A un
interior elegantísimo diseñado por la firma Lázaro Rosa-Violán, con techos
altos, sillones corridos, espejos y lámparas vanguardistas, se suma una terraza
funcional en la que tuvimos la oportunidad de probar una serie de deliciosos
platos correctos en su cantidad, presentación y sabor. Se nota, eso sí, que el
cliente habitual tiende a ser de negocios o habitual de la zona. Comer en Punk
Bach puede salir por aproximadamente 50 euros por persona pidiendo entrante,
plato principal, bebida y postre.
interior elegantísimo diseñado por la firma Lázaro Rosa-Violán, con techos
altos, sillones corridos, espejos y lámparas vanguardistas, se suma una terraza
funcional en la que tuvimos la oportunidad de probar una serie de deliciosos
platos correctos en su cantidad, presentación y sabor. Se nota, eso sí, que el
cliente habitual tiende a ser de negocios o habitual de la zona. Comer en Punk
Bach puede salir por aproximadamente 50 euros por persona pidiendo entrante,
plato principal, bebida y postre.
De su amplísima
carta líquida con referencias de bodegas nacionales e internacionales nos
decantamos por dos copas de Hito Rosado, un vino meloso y aromático que
seduce a vista, olfato y gusto con un color rosa fresa y una acidez cítrica
equilibrada que persiste en boca. Ideal para el aperitivo, fue el perfecto
compañero del pan de cristal con aceite de oliva virgen extra y tomate rallado
con el que inauguramos el festín. La corteza crujiente y el intenso sabor del
tomate natural justifican que este sea uno de los entrantes favoritos de los
que repiten.
Entre
la quincena de apetecibles entrantes nos decantamos por un
salmorejo con picatostes vegetales aderezado por un
chorrito de aceite. Esta sopa fría que se puede acompañar con trocitos de jamón
llega a la mesa en su punto justo de sal, sin que sobresalga ninguno de sus
ingredientes por encima del resto. Una opción sana y nutritiva. El
tataki de solomillo de ternera se presenta en una serie de rodajas acompañadas
de cebolla crujiente, perejil y salsa pesto.
la quincena de apetecibles entrantes nos decantamos por un
salmorejo con picatostes vegetales aderezado por un
chorrito de aceite. Esta sopa fría que se puede acompañar con trocitos de jamón
llega a la mesa en su punto justo de sal, sin que sobresalga ninguno de sus
ingredientes por encima del resto. Una opción sana y nutritiva. El
tataki de solomillo de ternera se presenta en una serie de rodajas acompañadas
de cebolla crujiente, perejil y salsa pesto.
Metidos
en materia y teniendo en cuenta los gustos de cualquier tipo de comensal,
probamos la menestra de verduras albardadas a lo tradicional, una deliciosa
opción vegetal a la temperatura apropiada y que encuentra su mayor virtud en la
homogeneidad de sus ingredientes. De la cuchara al tenedor con un fresquísimo
tartar de atún que se presenta rodeado del pan de cristal que nos había
engatusado en el aperitivo.
en materia y teniendo en cuenta los gustos de cualquier tipo de comensal,
probamos la menestra de verduras albardadas a lo tradicional, una deliciosa
opción vegetal a la temperatura apropiada y que encuentra su mayor virtud en la
homogeneidad de sus ingredientes. De la cuchara al tenedor con un fresquísimo
tartar de atún que se presenta rodeado del pan de cristal que nos había
engatusado en el aperitivo.
Ya en
los postres, nos dejamos aconsejar por el personal de la terraza y acabamos
viendo el cielo con una cheese cake
lujosamente presentada, rodeada de caramelo y coronada por una serie de
frambuesas y un toque de pintura de oro comestible. Exquisito sabor para un
dulce suave, compacto y muy recomendable. La torrija caramelizada de la casa quedó en un segundo plano, tal vez
por el exceso de crema que rodea la pieza y que puede ahogar su sabor.
Será cuestión de gustos.
los postres, nos dejamos aconsejar por el personal de la terraza y acabamos
viendo el cielo con una cheese cake
lujosamente presentada, rodeada de caramelo y coronada por una serie de
frambuesas y un toque de pintura de oro comestible. Exquisito sabor para un
dulce suave, compacto y muy recomendable. La torrija caramelizada de la casa quedó en un segundo plano, tal vez
por el exceso de crema que rodea la pieza y que puede ahogar su sabor.
Será cuestión de gustos.
A la
interesante propuesta gastronómica se suma una coctelería en la que las mezclas
con nombres de película comparten espacio con las creaciones propias y los
clásicos, estos últimos a 9 euros. Para los más selectos, 42 tipos de gin tonics donde será difícil no encontrar
un favorito.
Una cocina fresca en el corazón de Madrid donde degustar buena materia prima con un toque canalla sin tener que adherirse a horarios fijos de cocina. Los detalles brillan en Punk Bach, desde la preciosa vajilla personalizada por los Hermanos Chichinabo con simbología punk y tattoo hasta los elegantes trajes de sastrería de Lander Urquijo que viste todo el equipo. Buen ambiente y exquisito servicio en un local a tener en cuenta.
interesante propuesta gastronómica se suma una coctelería en la que las mezclas
con nombres de película comparten espacio con las creaciones propias y los
clásicos, estos últimos a 9 euros. Para los más selectos, 42 tipos de gin tonics donde será difícil no encontrar
un favorito.
Una cocina fresca en el corazón de Madrid donde degustar buena materia prima con un toque canalla sin tener que adherirse a horarios fijos de cocina. Los detalles brillan en Punk Bach, desde la preciosa vajilla personalizada por los Hermanos Chichinabo con simbología punk y tattoo hasta los elegantes trajes de sastrería de Lander Urquijo que viste todo el equipo. Buen ambiente y exquisito servicio en un local a tener en cuenta.