EXTRA!
Entre las películas de terror es frecuente aquella frase de que es mejor no despertar a los muertos, algo que podría aplicarse a la cuestión de los remakes,
ya que muchas veces es mejor dejar una obra tal y como se hizo en su momento que atreverse a actualizarla. Pocas
revisiones nos han cautivado tanto como para reconocer una personalidad propia más allá de la original.
Algo así ocurre en el
segundo largometraje del director español Víctor Matellano, que estrena su última
cinta, ‘Vampyres’, este viernes 25 de septiembre en las salas españolas. El proyecto se presenta como un homenaje al cineasta español de culto José Ramón Larraz y a su obra ‘Las hijas de Drácula’ (1974). Larraz llegó a participar en esta revisión antes de fallecer en septiembre de 2013, cuando el trabajo se encontraba en preproducción.
segundo largometraje del director español Víctor Matellano, que estrena su última
cinta, ‘Vampyres’, este viernes 25 de septiembre en las salas españolas. El proyecto se presenta como un homenaje al cineasta español de culto José Ramón Larraz y a su obra ‘Las hijas de Drácula’ (1974). Larraz llegó a participar en esta revisión antes de fallecer en septiembre de 2013, cuando el trabajo se encontraba en preproducción.
Esta nueva versión mantiene la esencia de la trama original
con dos insaciables y seductoras vampiresas (Marta Flich y Almudena León) que residen en una mansión en mitad del bosque. Por pura necesidad, atraen a los
hombres a su hogar ofreciéndoles orgías sexuales que acaban convirtiéndose en
una auténtica carnicería. Hasta allí llegan unos excursionistas en busca de
inspiración creativa que verán como su descanso se convierte en una auténtica pesadilla.
con dos insaciables y seductoras vampiresas (Marta Flich y Almudena León) que residen en una mansión en mitad del bosque. Por pura necesidad, atraen a los
hombres a su hogar ofreciéndoles orgías sexuales que acaban convirtiéndose en
una auténtica carnicería. Hasta allí llegan unos excursionistas en busca de
inspiración creativa que verán como su descanso se convierte en una auténtica pesadilla.
La producción de Larraz llamó la atención del público de los años 70 por
mostrar sin tapujos una relación lésbica, atractivo que desaparece en una versión contemporánea que ni siquiera asustará al espectador. Al igual que su antecesora, ‘Vampyres’ está rodada en inglés, algo con lo que se intenta facilitar su exhibición a nivel internacional pero que acaba yendo en contra de su verosimilitud, despertando carcajadas en unos diálogos tan insulsos como los de la campista Harriet (Verónica Polo) y la víctima Ted (Christian
Stamm). Flich se mete en su papel hasta convertirse en uno de los puntos fuertes del largometraje, a lo que se suman las
apariciones de actores míticos del cine de terror de la talla de Lone Fleming,
May Heatherly, Antonio Mayans y Caroline
Munro.
mostrar sin tapujos una relación lésbica, atractivo que desaparece en una versión contemporánea que ni siquiera asustará al espectador. Al igual que su antecesora, ‘Vampyres’ está rodada en inglés, algo con lo que se intenta facilitar su exhibición a nivel internacional pero que acaba yendo en contra de su verosimilitud, despertando carcajadas en unos diálogos tan insulsos como los de la campista Harriet (Verónica Polo) y la víctima Ted (Christian
Stamm). Flich se mete en su papel hasta convertirse en uno de los puntos fuertes del largometraje, a lo que se suman las
apariciones de actores míticos del cine de terror de la talla de Lone Fleming,
May Heatherly, Antonio Mayans y Caroline
Munro.
Un proyecto que intenta recrearse en el
erotismo y la sangre con una narración que sufre fuertes altibajos. La
malograda atmósfera da más protagonismo a las luces que a las sombras, un error
con el que la cinta pierde toda oportunidad de provocar miedo en el espectador. Se extraña el ambiente tétrico y misterioso, un elemento clásico en torno a este tipo de personajes. No obstante, la labor ejercida entre el director de fotografía Daniel Salas Alberola
y Matellano resulta prometedora,
arriesgando en planos elegantes, ángulos atrevidos y una interesante escenografía. Por desgracia, la banda sonora cuenta con temas que no encajan con la temática del filme.
erotismo y la sangre con una narración que sufre fuertes altibajos. La
malograda atmósfera da más protagonismo a las luces que a las sombras, un error
con el que la cinta pierde toda oportunidad de provocar miedo en el espectador. Se extraña el ambiente tétrico y misterioso, un elemento clásico en torno a este tipo de personajes. No obstante, la labor ejercida entre el director de fotografía Daniel Salas Alberola
y Matellano resulta prometedora,
arriesgando en planos elegantes, ángulos atrevidos y una interesante escenografía. Por desgracia, la banda sonora cuenta con temas que no encajan con la temática del filme.
Una película ambiciosa que lo único que consigue es despertar las risas de los espectadores en un homenaje fallido que deja al
descubierto el talento creativo de las nuevas generaciones
españolas.