EXTRA!



Guerra y muerte son términos que han ido unidos al hombre a lo largo de la historia. Basta con encender el televisor para ver
que el ser humano se empeña en utilizar la violencia como herramienta salvaje. Al final, la división entre buenos y manos se difumina dejando ver a millones de personas luchando por sobrevivir mientras el poder juega con ellos una partida de ajedrez.

Con la dificultad de presentar un enérgico thriller bélico sin
bandos definidos, Yann Demange debuta en la gran pantalla con ’71, una película con dos nominaciones a los BAFTA estrenada en el marco de la 64ª edición del Festival de Cine de Berlín que dará que hablar tras su llegada a la cartelera española el viernes 23 de enero.

Gary Hook (Jack O’Connell) es un soldado británico destinado al norte de Irlanda en su primera misión de apoyo a las tropas desplegadas en Belfast, donde le ordenan escoltar a las fuerzas
británicas en uno de los lugares más conflictivos de la zona debido a la
presencia del IRA. A causa de unos inesperados
disturbios, Hook es separado del resto del grupo, tras lo que comienza su
desesperada lucha por sobrevivir en territorio enemigo.
O’Connell realiza una de sus
mejores interpretaciones asumiendo la
responsabilidad de hacer sentir al público la tensión, el miedo, la esperanza y la desilusión de la historia.
Sin necesidad de palabras, el protagonista es capaz
de transmitir toda una realidad llena de horror con su mirada.


Otro de los personajes significativos de la cinta es
el de Sean Bannon (Barry Keoghan), un joven reclutado por el
IRA totalmente absorbido por la ideología de la banda que, sin
embargo, mantiene un fondo humano que le impide seguir a sus camaradas en
las misiones más radicales.
La filmación cámara en mano y el minucioso
trabajo del guionista Gregory Burke forman una combinación perfecta en un proyecto que huye de sensacionalismos.
La armonía entre imágenes y ritmo se complementa con un conflicto en el que no hay posicionamiento político, sólo familias rotas, niños armados con ametralladoras y mutilación. Su crudeza probablemente impacte al espectador.

’71 no sólo habla del IRA y sus conflictos
políticos, sino de las calles, las personas
que viven una guerra y los cambios fruto del miedo. Una muestra de que la guerra se vive desde dentro, en la piel de aquellos que sólo son peones en la partida de dos jugadores bien protegidos.