EXTRA!



Han pasado 20 años desde que Eva Amaral interpretara sus
primeros temas con esos profundos ojos cerrados que le impedían ver a la apenas decena de personas que les escuchaban en diferentes locales de Zaragoza y del
barrio madrileño de Lavapiés.
Fue en 1998, tras lanzar su debut de nombre
homónimo, cuando prendió la mecha de una banda que hoy puede presumir de contar
con el reconocimiento de la crítica y el público gracias a la evolución
constante de una carrera cuyo último capítulo firma ‘Nocturnal’, trabajo con el
que el grupo vuelve a cantar y contar historias llenas de emociones.


Tras actuar en Chile, Argentina y Uruguay, Amaral ha
comenzado este mes de mayo la gira española (25 fechas confirmadas) de un álbum que en apenas mes y medio se convirtió en disco de oro
, con 14 temas tan
sólidos como precisas las letras que Eva ha escrito en los últimos cuatro años.
La estética de contrastes entre la oscuridad y el brillo de la noche se trasladó
del estudio al escenario del Barclaycard Center, el pasado jueves 19
de mayo, frente a las 9.000 personas que llenaron pista y gradas desde hora y media antes de la aparición del
grupo en escena.

Pasadas las 22.10 h., las luces de los focos
dejaban ver la emoción de un público expectante ante una
introducción con el tema ‘All tomorrow’s parties’ de The Velvet Underground
& Nico
, tras el que aparecieron Eva Amaral y Juan Aguirre, él con su
habitual gorra y ella con un largo vestido negro delante de una inmensa luna
llena que acompañó el arranque con ‘Unas veces se gana y otras se pierde’. Tras ‘Revolución’ y ‘Kamikaze’ llegaron las primeras palabras de una agradecida
vocalista que recordó esos comienzos cuando ni ellos mismos confiaban en un
proyecto que hoy ya cuenta con siete trabajos de estudio en el mercado.

La misma autenticidad de los temas y la valentía de quien se
desprende de un gran sello para entregar a sus seguidores justo lo que necesitan,
desde una sonoridad hasta las fotografías del libreto que acompaña el disco, se
palpa en un directo vocalmente impecable en el que no hay reticencias a volver
a clásicos como ‘Salir corriendo’ o ‘El universo sobre mí’,
aunque sorprende
que los asistentes coreen con la mismas ganas los temas más actuales
(celebradísimos ‘Nocturnal’ y ‘Llévame muy lejos’) que los que ya son historia de la música, como
ese clásico titulado ‘Sin ti no soy nada’.


Decenas de puntos de luz simulando un cielo estrellado y una
pantalla circular en la que se fueron proyectando diferentes vídeos e imágenes
acordes a cada tema configuraron un eficiente despliegue audiovisual que
ambientaron con suma delicadeza los potentes acordes de un siempre talentoso
Juan Aguirre, mitad de la formación que estuvo acompañada por guitarras,
batería y teclado en su actuación en la capital.

Tanto en sus momentos más oscuros en piezas como ‘La ciudad
maldita’, que recuerda el fusilamiento de un familiar de la cantante en la
guerra civil
, hasta cuando la celebración hace cantar a los presentes en una acústica versión de ‘Marta,
Sebas, Guille y los demás’
, Amaral llena el escenario, a menudo animando a
rebelarse contra los caminos preestablecidos, emocionando con letras y
texturas sonoras en un traslado ejemplar del material de estudio al directo,
potentísimo en su ejecución vocal y técnica.
El espíritu underground
de la formación persiste en temas que hablan de individualidades y encuentros
entre personas, convirtiendo la oscuridad en destellos al mismo tiempo que avanzan
por un setlist en el que brillan
himnos
como ‘Hoy es el principio del final’, ‘Cazador’ y ‘Nadie nos recordará’,
tema con el que finalizó una cita que cerró entre aplausos la composición para Audrey Hepburn
en ‘Desayuno con diamantes’, ‘Moon River’. No parece que nada ni nadie vaya a
parar la escalada de una formación que mezcla historias personales y realidades sociales en una trayectoria en constante ascenso. El dúo zaragozano mira de frente y,
ahora sí, con los ojos bien abiertos recordando la importancia de seguir
adelante.