La controversia de un
verano vacío. El placer de los días por delante sin objetivos que cumplir. La
mezcla del calentamiento de la piel a las cuatro de la tarde de un día de
agosto y de la envidia de los que recorren el mundo mientras uno busca en su habitación motivos por los que sonreír. El hastío del estío pesa y seduce a
partes iguales, tanto como la vitoreada ‘Tu dors Nicole’, tercer largometraje
del quebequés Stéphane Lafleur
que sabe a ópera prima por el conflicto
existente entre forma y contenido.

Nicole (Julianne Côtë)
es una chica de 22 años que disfruta de un verano tranquilo en su casa junto a
su mejor amiga, Verónique (Catherine St-Laurent), hasta que su hermano mayor
(Marc-André Gronin) aparece por sorpresa con dos amigos con los que
pretende grabar un trabajo discográfico. La serenidad del hogar vacío deja paso
al quebrantamiento de las expectativas de la joven, que verá cómo su amistad se
pone a prueba ante la aparición de un enigmático batería al que da vida Francis La Haye.
A su vez, el insomnio perturbará sus noches dejando paso a insólitas
escenas que van de lo onírico a lo surrealista.

Al soberbio trabajo
fotográfico de Sara Mishara se unen las interpretaciones de un reparto en el
que destacan los componentes de la banda del hermano de Nicole, protagonistas
de algunos de los diálogos más interesantes de la producción. Mientras la
aparición de una tarjeta de crédito sirve como vía de escape de la ansiedad que
produce en la joven el paso a la edad adulta, su trabajo a media jornada en una
tienda de ropa pesa cada vez más.

Rodada en un bellísimo
blanco y negro, 
Julianne Côtë deja constancia de su solidez interpretativa en
un papel protagonista que requiere más contención que el pulso de quien
construye un castillo de naipes. Nicole camina hacia la madurez
entre dudas, angustia y una sensación de incomprensión que apoya una banda sonora estimable gracias a las composiciones
instrumentales de Organ Mood
, que ahondan en lo introspectivo de un personaje
que a unos enamorará y a otros aburrirá hasta la extenuación.

Se reconocen con
facilidad las referencias a David Lynch y a esa pequeña joya llamada ‘Frances Ha’ de la que Lafleur no ha sabido plasmar ni su optimismo ni su ternura. Si
en la cinta protagonizada por Greta Gerwig era su alocada protagonista quien
cautivaba al público, en ‘Tu Dors Nicole’ quien sobresale es un niño con voz de
hombre al que interpreta con soltura Godefroy Reding, con la voz del actor
Alexis Lefebvre. Las escenas que comparten el crío con exceso de confianza y su apesadumbrada exniñera Nicole rescatan al espectador de un guión
irregular de hora y media.

La melancolía camina a
sus anchas por un largometraje con ecos del finlandés Aki Kaurismäki que fue
aplaudido en la última edición del Festival de Cannes. Si forma y contenido
deben funcionar como un todo en el que encajen estilo y narración, ‘Tu dors
Nicole’ peca de condescendiente y olvida el valor de la trama para exigir su lugar
basándose en su lirismo visual
, a pesar de las coletadas de perspicacia en
determinados diálogos. Desmitificando una cinta que cojea
en su narrativa, lo cierto es que se vislumbra lucidez tras la cámara. 4/10.