EXTRA!

La vanidad, la espiritualidad, la
subversión. Juan Mayorga aviva de nuevo la cartelera madrileña con la dirección de su aclamado texto ‘La lengua en pedazos’, que hasta el 4
de mayo se puede disfrutar en el Teatro Fernán Gómez.
Los actores Clara Sanchis y Daniel
Albaladejo superan con nota el reto
interpretativo que supone llevar todo el peso de la función al carecer éste de excesivos recursos de escenografía, vestuario o
iluminación, más allá de la cocina del convento, que metafóricamente nos viene a decir aquello de que ‘entre pucheros anda Dios’.
Los conocedores de la vida de
Teresa de Jesús se recrearán con la elocuente personificación que brinda el
texto, Premio Nacional de Literatura
Dramática en 2013. Pero no sólo ellos entenderán la obra, pues ésta se
eleva de lo meramente religioso para
alumbrar un interesante debate sobre
las apariencias, los valores humanos, la vanidad, las decisiones que se toman a
lo largo de la vida y la espiritualidad llevada al terreno personal.
Teresa de Jesús se recrearán con la elocuente personificación que brinda el
texto, Premio Nacional de Literatura
Dramática en 2013. Pero no sólo ellos entenderán la obra, pues ésta se
eleva de lo meramente religioso para
alumbrar un interesante debate sobre
las apariencias, los valores humanos, la vanidad, las decisiones que se toman a
lo largo de la vida y la espiritualidad llevada al terreno personal.
Se muestra a Teresa de Jesús como
una monja de alguna manera insurrecta,
librepensadora, que no sólo
interpreta los dogmas cristianos, sino que propone, escribe y reacciona. Una mujer
poco común para su época, en pleno siglo XVI. El duelo verbal entre ella y el inquisidor, interpretado por Albaladejo, es jugoso y profundo, de esos que mantienen la mente activa durante toda la representación.

una monja de alguna manera insurrecta,
librepensadora, que no sólo
interpreta los dogmas cristianos, sino que propone, escribe y reacciona. Una mujer
poco común para su época, en pleno siglo XVI. El duelo verbal entre ella y el inquisidor, interpretado por Albaladejo, es jugoso y profundo, de esos que mantienen la mente activa durante toda la representación.

Teresa de Jesús es un personaje
de peso en la historia de la literatura española y también en la lucha por la
independencia de las mujeres, a las que incitaba a desarrollar su propia
personalidad. De su pluma salieron obras como ‘El libro de la vida’, ‘El
Castillo’ o ‘Poesías’, en la que se le atribuyen los bellos versos ‘vivo sin vivir en mí / Y tan alta vida
espero / Que muero porque no muero’.
de peso en la historia de la literatura española y también en la lucha por la
independencia de las mujeres, a las que incitaba a desarrollar su propia
personalidad. De su pluma salieron obras como ‘El libro de la vida’, ‘El
Castillo’ o ‘Poesías’, en la que se le atribuyen los bellos versos ‘vivo sin vivir en mí / Y tan alta vida
espero / Que muero porque no muero’.
Además de su producción
literaria, Teresa de Jesús creó controversia desde la primera de sus
fundaciones, el Convento de San José de Ávila, en el que ella y otras compañeras vivían bajo las máximas de
austeridad e igualdad, alejadas de los grados que en otras instituciones
eclesiásticas se habían establecido.
Y luego la mística, elemento que Teresa no puede explicar más que por medio de
la exaltación y que es objeto de burla para aquel que representa el
conservadurismo de la Iglesia. La lengua es el elemento concreto con que ambos
personajes sostienen su pulso dialéctico, en palabras de Mayorga, ‘la lengua misma, que transforma vidas y
hace y deshace mundos’.
literaria, Teresa de Jesús creó controversia desde la primera de sus
fundaciones, el Convento de San José de Ávila, en el que ella y otras compañeras vivían bajo las máximas de
austeridad e igualdad, alejadas de los grados que en otras instituciones
eclesiásticas se habían establecido.
Y luego la mística, elemento que Teresa no puede explicar más que por medio de
la exaltación y que es objeto de burla para aquel que representa el
conservadurismo de la Iglesia. La lengua es el elemento concreto con que ambos
personajes sostienen su pulso dialéctico, en palabras de Mayorga, ‘la lengua misma, que transforma vidas y
hace y deshace mundos’.