EXTRA!

Decía el grandísimo escritor Arthur Conan Doyle que la mediocridad no sabe reconocer nada superior
a sí misma, pero que el talento reconoce al instante el genio. Si
Gene Kelly, Donald O’Connor y Debbie
Reynolds
hubiesen tenido la oportunidad de disfrutar desde el patio de
butacas del estreno de
‘Cantando bajo la
lluvia’
, al que asistimos hace unos días en el Teatro Nuevo Apolo, es indudable que se habrían puesto en pie, como
hicimos todos los que disfrutamos de tal prodigio musical. Lo harían,
probablemente, con la emoción contenida de quienes hubiesen comprobado que 70
años después de su estreno, el que muchos siguen considerando el mejor musical de la historia del cine, creado por
Gene
Kelly
y Stanley Donen, sigue
causando furor.

La dirección de Ángel
Llàcer
y de Manu Guix ya es un
seguro de calidad, después de ver lo que lograron la Gran Vía con ‘La jaula de las locas’, a la que pocos peros se le podían poner. La historia vuelve a ser la misma porque la trayectoria de ambos en el mundo del espectáculo es tan inmensa que han entendido bien cómo se concibe un montaje que se sostiene con fuerza gracias a un
engranaje perfecto que cuenta con un punto de partida elevadísimo – la historia y música
original – pero que sobre las tablas se eleva todavía más gracias a unas
actuaciones soberbias, una escenografía que nos traslada a la época dorada del
cine musical y unas coreografías impresionantes tras las que se encuentra el
trabajo de Myriam
Benedited.

Madrid está de suerte esta temporada, con grandes montajes de
los que el espectador saldrá con un gran sabor de boca, como ‘Matilda’, ‘La historia interminable’ o ‘Charlie
y la Fábrica de Chocolate’
, así como el regreso de grandes voces como Daniel Diges en ‘tick, tick… Boom!’ o Nina
y Gerónimo Rauch en ‘Los puentes de Madison’, pero lo
que consigue el equipo de ‘Cantando bajo
la lluvia’
es un auténtico milagro, porque el reloj deja de existir de la
misma forma que las angustias del público se quedan en las puertas del teatro,
como cuando acudíamos al cine con nuestros padres siendo niños o junto al primer amor con el que, en aquel entonces, nos imaginábamos compartiendo la vida entera. Es esa misma sensación,
la de unos latidos acelerándose y una sensación bien clara de  felicidad, lo que Llàcer y Guix provocan con esta producción que ya
puso en pie al público de Barcelona.

Concebido como un homenaje al musical clásico, con una puesta
en escena que nos hace viajar al Hollywood de los años 20, la temporada de ‘Cantando bajo la lluvia’ en Madrid
es una oportunidad histórica para los
amantes del género
, sobre todo ahora que se acercan las fiestas navideñas y apetece compartir momentos inolvidables al lado de quienes más queremos.

Estarán hasta febrero del 2023 sobre las tablas del Nuevo Apolo, en la plaza Tirso de
Molina, donde las estrellas del cine mudo Don
Lockwood
y Lina Lamont harán
soñar al público con la historia del cine y la de unos personajes entre los que
el amigo de la infancia de Lockwood,
Cosmo Brown, y la desconocida Kathy Shelden, son una parte clave de un cuadrado interpretativo sobresaliente en el que el humor y los
espectaculares números de bailes se suceden de manera constante.

25 actores y bailarines, una orquesta de nueve músicos en
directo y una escenografía de grandes dimensiones tienen mucho que ver en el resultado
que lideran Miguel Ángel Belotto, Diana Roig, Ricky Mata y una exquisita Mireia
Portas, que se lleva una de las grandes ovaciones del montaje gracias a su portentosa
vis cómica.
El número
principal, con lluvia en directo incluida, desencadena una gran emoción en el patio
de butacas gracias a su ejecución perfecta. Una comedia romántica
encantadora, llena de humor, con una trama que causa la carcajada constante.
Estamos, sin duda, ante el que podría ser el gran musical del año en Madrid.