EXTRA!

La cola que había en el exterior de La Riviera desde las siete de la tarde anunciaba el éxito de una nueva convocatoria de los Vodafone Music Show, citas musicales exclusivas para clientes de la compañía. Nunca habíamos visto en La Riviera la cantidad de gente que esperaba para acceder a la presentación de ‘Lágrimas Desordenadas’, el nuevo disco de Melendi, en pleno éxito por su participación como coach en el talent show ‘La Voz’
Dejando a un lado la falta de organización, por la que casi nos quedamos sin poder cubrir el evento, y al encargado de seguridad que, tras vernos realizar las fotografías con el resto de compañeros de prensa durante los temas pactados, nos miraba desde el foso continuamente, como si su sueldo dependiese de que algún fotógrafo sacase una imagen desde las primeras filas, el cantante salió al escenario, media hora después de lo previsto, con un setlist de apenas una hora de duración que le sirvió para ganarse al público desde el primer segundo.



Sorprende, quizá por prejuicios, que los asistentes que coreaban sus temas no tuviesen un perfil determinado: niños de barrio que disfrutan de Gandía Shore pero también universitarios con camisa de marca, parejas serias que superan la treintena y hasta poseedores de pulseras de festivales que poco tienen que ver con la música del asturiano


Melendi suena igual o con más fuera que en estudio, se muestra cercano al público, cariñoso, humilde y de sus gestos se desprende el proceso de madurez que ha debido experimentar en los últimos años tanto a nivel profesional como personal. En sus nuevos temas suena más sucio, rockero y, en ocasiones, hasta sabineroLejos quedan las rastas, la simpleza de sus primeros temas y las polémicas propias de prensa rosa. Letras como las de ‘La tortura de Lyss’ y ‘Tu jardín con enanitos’ no las escribe cualquiera


Quizá el problema sea que desprenderse del pasado, de la imagen de ‘macarra’ que le acompaña desde el principio y contar con un público que se sabe todo lo que suena en Los 40 y desconoce a verdaderos artistas como Bruce Sprinsteen, The Black Keys o Leonard Cohen no sea sencillo ni quede tan correcto en un mundo que vive de la imagen que da y que necesita reafirmarse a base de ‘me gustas’ para afirmar su valía.  

De gusto musical no hablamos y nos quedamos silbando el ‘Take this waltz’ de Cohen. Carmen Lomana, que bailaba y se hacía fotos con todo el que se lo pedía, seguro que prefiere a ‘Melen’. No lo ponemos en duda.