EXTRA!
Sorprende, quizá por prejuicios, que los asistentes que coreaban sus temas no tuviesen un perfil determinado: niños de barrio que disfrutan de Gandía Shore pero también universitarios con camisa de marca, parejas serias que superan la treintena y hasta poseedores de pulseras de festivales que poco tienen que ver con la música del asturiano.
Melendi suena igual o con más fuera que en estudio, se muestra cercano al público, cariñoso, humilde y de sus gestos se desprende el proceso de madurez que ha debido experimentar en los últimos años tanto a nivel profesional como personal. En sus nuevos temas suena más sucio, rockero y, en ocasiones, hasta sabinero. Lejos quedan las rastas, la simpleza de sus primeros temas y las polémicas propias de prensa rosa. Letras como las de ‘La tortura de Lyss’ y ‘Tu jardín con enanitos’ no las escribe cualquiera.