EXTRA!
Que la expresión a través del
arte sea una vía de escape a las obsesiones del creador es un hecho tan
extendido como la polémica que el prestigioso compositor australiano Arnold Schönberg desató en el
panorama musical de principios del siglo XX al promulgar sus ideas sobre el
dodecafonismo. A diferencia de la música popular, articulada en torno a una
nota dominante, la escala dodecafónica imprime en todas ellas la misma importancia, dando como resultado
una atonalidad libre de estructuras repetidas.
La ópera en tres
actos ‘Moisés y Aarón’, que data de 1932 pero quedó inconclusa, se debe enteramente a esta revolución en
la tonalidad de la que el maestro austriaco es pionero. La versión del Teatro
Real de Madrid, con dirección musical de Lothar Koenigs y escenografía de Romeo Castellucci, se representa hasta el próximo 17 de junio en la capital. Más de 400 profesionales
entre elenco y técnicos participan en una ambiciosa producción que el
coliseo madrileño ha desarrollado en colaboración con la Ópera de
París.
actos ‘Moisés y Aarón’, que data de 1932 pero quedó inconclusa, se debe enteramente a esta revolución en
la tonalidad de la que el maestro austriaco es pionero. La versión del Teatro
Real de Madrid, con dirección musical de Lothar Koenigs y escenografía de Romeo Castellucci, se representa hasta el próximo 17 de junio en la capital. Más de 400 profesionales
entre elenco y técnicos participan en una ambiciosa producción que el
coliseo madrileño ha desarrollado en colaboración con la Ópera de
París.
El argumento emana del Éxodo de la
Biblia, a partir del momento en que el pastor Moisés es elegido por un nuevo
dios como profeta de su pueblo para liberarlo de la opresión egipcia. El camino pasará porque los israelitas abandonen el materialista
credo faraónico y se conviertan a una religión liderada por un dios
irrepresentable y todopoderoso.
Biblia, a partir del momento en que el pastor Moisés es elegido por un nuevo
dios como profeta de su pueblo para liberarlo de la opresión egipcia. El camino pasará porque los israelitas abandonen el materialista
credo faraónico y se conviertan a una religión liderada por un dios
irrepresentable y todopoderoso.
El paralelismo entre la obra y el
propio autor se refleja en el papel revolucionario de sus protagonistas. Por una
parte, Moisés debe convencer al pueblo hebreo de que una religión mejor les
espera. Por otra, Schönberg rompe con las estructuras clásicas de la música
centroeuropea para alumbrar una nueva escuela musical. Moisés y
Schönberg son compañeros en el exilio: de la misma manera que Moisés debe huir
con su hermano Aarón por el desierto hacia la Tierra Prometida, el compositor
fue, tras concluir la primera guerra mundial, un exiliado judío que escapó del
gobierno antisemita de Hitler, pasando por países como la antigua Prusia o
España, antes de morir en Los Ángeles en 1951.
propio autor se refleja en el papel revolucionario de sus protagonistas. Por una
parte, Moisés debe convencer al pueblo hebreo de que una religión mejor les
espera. Por otra, Schönberg rompe con las estructuras clásicas de la música
centroeuropea para alumbrar una nueva escuela musical. Moisés y
Schönberg son compañeros en el exilio: de la misma manera que Moisés debe huir
con su hermano Aarón por el desierto hacia la Tierra Prometida, el compositor
fue, tras concluir la primera guerra mundial, un exiliado judío que escapó del
gobierno antisemita de Hitler, pasando por países como la antigua Prusia o
España, antes de morir en Los Ángeles en 1951.
Por estas y otras razones, ‘Moisés
y Aarón’ es la obra más simbólica del músico austriaco, algo que aprovecha el director de escena para poner en pie una
sobrecogedora escenografía con el blanco y el negro como protagonistas. La
dualidad de los colores representa las distintas naturalezas de Moisés y de su
hermano Aarón. Aunque Moisés posea la idea de un nuevo credo, el don de la
palabra y el carisma forman parte de la personalidad de Aarón. Por eso, el uno
sin el otro no podrá acometer con éxito la tarea liberadora.
y Aarón’ es la obra más simbólica del músico austriaco, algo que aprovecha el director de escena para poner en pie una
sobrecogedora escenografía con el blanco y el negro como protagonistas. La
dualidad de los colores representa las distintas naturalezas de Moisés y de su
hermano Aarón. Aunque Moisés posea la idea de un nuevo credo, el don de la
palabra y el carisma forman parte de la personalidad de Aarón. Por eso, el uno
sin el otro no podrá acometer con éxito la tarea liberadora.
Las asignaciones cromáticas se
suceden a lo largo de toda la obra como si de una batalla se tratase. Poseído
por una visión futurista, Castellucci utiliza recursos que van desde el agua a
la desnudez pasando por ríos de tinta y un auténtico toro, apodado Easy Rider, que ha desatado la indignación entre los colectivos animalistas por las dudas sobre sus cuidados
e impertérrita mansedumbre sobre las tablas.
suceden a lo largo de toda la obra como si de una batalla se tratase. Poseído
por una visión futurista, Castellucci utiliza recursos que van desde el agua a
la desnudez pasando por ríos de tinta y un auténtico toro, apodado Easy Rider, que ha desatado la indignación entre los colectivos animalistas por las dudas sobre sus cuidados
e impertérrita mansedumbre sobre las tablas.
Considerado como uno de los más experimentales
escenógrafos contemporáneos, Castellucci se defiende de la
crítica haciendo alusión a la artificialidad con la que la sociedad urbanita se
relaciona con los animales. Polémica a un lado, los recursos elegidos por el
italiano convierten la ópera en un espectáculo perfectamente tangible y bello,
acorde con la idea de que toda experiencia estética implica un pasaje de dolor.
escenógrafos contemporáneos, Castellucci se defiende de la
crítica haciendo alusión a la artificialidad con la que la sociedad urbanita se
relaciona con los animales. Polémica a un lado, los recursos elegidos por el
italiano convierten la ópera en un espectáculo perfectamente tangible y bello,
acorde con la idea de que toda experiencia estética implica un pasaje de dolor.
En el plano estrictamente
musical, las voces de los protagonistas, bajo-barítono y tenor para Moisés y
Aarón, respectivamente, lucen corpulentas y brillantes. El papel de Moisés corresponde
al alemán Albert Dohmen, especializado en el repertorio wagneriano, que desde
el año 1991 colabora como artista libre en teatros de ópera de todo el mundo. En
su papel se alterna el canto con el habla, algo que Schönberg utiliza como metáfora de
las carencias persuasivas del personaje. En cambio, las intervenciones de
Aarón están dotadas de un heroísmo pagano que vuelve a demostrar la
complementariedad de los personajes. De representar este papel se encarga el inglés John Graham-Hall, que destaca por su
faceta meramente interpretativa.
musical, las voces de los protagonistas, bajo-barítono y tenor para Moisés y
Aarón, respectivamente, lucen corpulentas y brillantes. El papel de Moisés corresponde
al alemán Albert Dohmen, especializado en el repertorio wagneriano, que desde
el año 1991 colabora como artista libre en teatros de ópera de todo el mundo. En
su papel se alterna el canto con el habla, algo que Schönberg utiliza como metáfora de
las carencias persuasivas del personaje. En cambio, las intervenciones de
Aarón están dotadas de un heroísmo pagano que vuelve a demostrar la
complementariedad de los personajes. De representar este papel se encarga el inglés John Graham-Hall, que destaca por su
faceta meramente interpretativa.
‘Moisés y Aarón’ se alza como una
obra de argumento sencillo pero profundo simbolismo que cautiva al espectador
en la misma medida en que se configura como un interesante objeto de estudio. La
versión escenificada del Teatro Real es, en definitiva, una oportunidad para acercarse al universo de Schönberg en algo menos de dos horas y descubrir una de las óperas clave del siglo XX.
obra de argumento sencillo pero profundo simbolismo que cautiva al espectador
en la misma medida en que se configura como un interesante objeto de estudio. La
versión escenificada del Teatro Real es, en definitiva, una oportunidad para acercarse al universo de Schönberg en algo menos de dos horas y descubrir una de las óperas clave del siglo XX.